Soy el conserje de este edificio. Estoy realizando mi informe diario y debo consignar lo siguiente:

1.- Aquella muchacha rubia usaba botones dorados en su blusa y eran diecisiete para ser más exactos o, mejor dicho, dieciséis, porque al salir de la oficina de Fiscalizaciones se enredó en la silla de caoba tapizada en terciopelo rojo del jefe, ese señor de lentes Rayban de marco dorado y del cual, unos de los vidrios, el izquierdo para ser más preciso, luce un pequeño rayón provocado por una violenta caída al parquet de su oficina.

2.- Se me nubla el entendimiento en esta ocasión ya que, por extraña casualidad o avieso conjuro, esta mañana ingresaron dos chicas rubias, ambas ataviadas con una blusa similar, sólo que una era azul y la otra celeste. La señorita que portaba la blusa celeste, la de los diecisiete botones menos uno, es decir, la de los dieciséis botones, usaba botas café claro con taco que parecía estar fundido a la estructura, anoté esta observación en mi libreta naranja utilizando mi lápiz color azul, ese que encontré tirado frente a la puerta de Lozano, el director de orquesta, y que deduje que no era de él porque si no me habría encontrado acaso una batuta pero jamás un lápiz.

3.- Es preciso que aclare mañana el asunto de los tacos, al igual que el problema del señor Olave, el que hoy usaba pantalón azul oscuro de tela de dudosa identificación, algo que debe ser dilucidado lo antes posible, del mismo modo que debo consultar por las bastillas del pantalón de Salinas, Efraín, no Carlos, ya que son hermanos ambos, sólo que Efraín es calvo y Carlos aún defiende a muerte los cuatro pelos que le cubren su mollera.

4.- Ahora, como Olave salió, tendré que esperar a que regrese y mientras esto acontece, mediré el largo y ancho de todas las puertas de este edificio y de acuerdo a lo anotado, aprecio imperceptibles pero significativas diferencias entre algunas puertas del tercer piso y las del décimo. Aún así, existe una puerta, la del fondo, que mide exactamente lo mismo que una del tercero y esto debo consignarlo antes que lo olvide pero, a decir verdad, mejor esperaré a que baje un poco la temperatura porque bien pudiera suceder que dicha puerta sólo esté dilatada por el calor.

5.- Según el informe meteorológico, mañana amanecerá más fresco que hoy y así podré constatar este asunto con mayor certeza. Ahora bien, en días más bien helados, la mayoría de las personas usa chalecos y ello acarrea otra dificultad. Por de pronto, debo aclarar la situación de la señora Rosa Abasada o Abusada, que ayer usaba una blusa color verde con botones al tono y hoy usó otra muy parecida pero con botones color almendra y con escote en V. Indudablemente, si mañana aparece con una de aquellas blusas y sobre ellas se coloca una chaleca, no sabré cual de ellas es y tendré que consultarle personalmente si es la de los botones verdes o los almendra. Mal que mal, este es mi trabajo y debo cumplirlo con la mayor rigurosidad posible…