Aunque acabo de aprender a escribir, escribo muchas cosas desde que encontré mi lapicero azul; escribo cosas muy mías porque en la escuela no me dejan usarlo; escribo cosas que pienso y que no digo, cosas que veo y que hago como que no veo, cualquier cosa que se pueda escribir.

Mi lapicero azul escribe muy bonito, cuando escribo se siente muy suave y no tengo que apoyarlo con fuerza sobre la hoja para que se vea mi letra.
Lo malo es que a veces no quiere escribir, como que se le va la tinta y ya no escribe, pero esto sólo ocurre cuando estoy triste y entonces escribo las cosas que me ponen triste. Como cuando una niña le arrancó la cabeza a mi muñeca nueva mientras jugábamos en la casa de mi prima, aunque no lo hizo a propósito, yo me sentí muy triste en ese momento, pero no sé porqué no lloré, sólo lloro cuando me acuerdo como en este momento. De seguro mi lapicero azul ya no seguirá escribiendo, porque ya se dio cuenta de que estoy triste, a él no le puedo engañar como engaño a mi papá diciéndole que ya no me duele el estomago para que me lleve al …