Quiero dejar en claro que el texto que a continuación se leerá es una idea de mi amigo y hermano VAERJUMA. La alternativa quese presenta en esta trama es algo que surje en una de las tantas charlas que solemos tener. Allí analizamos distintas tramas para una misma idea. Cuando leí "ELECCIÓN" surgió un comentario que a Pablo le gustó y nuestra intención era que él plasmara esa nueva trama. Obviamente se negó y casi exigió que me haga cargo del nuevo cuento (si es que se lo puede llamar de esa manera) tras lo cual lo hice y aqui dejo impreso.
"EL DIBUJO" ES UN CUENTO DE VAERJUMA. El quiso que se publicara junto con mis textos, lo cual agradesco pero no sin antes insistir en que nada de esto hubiese sucedido si no se hubiera plasmado aquella charla que tuvimos.
Porque es un gran escritor y mucho mejor persona, hermano, este es mi humilde homenaje.
Antonio había estado mirando una hoja amarillenta de papel rústico y ajado que tenía dibujada una puerta apenas entornada…
El misterio que impregnaba el momento lo seducía. Una sensación de ambigüedad contradecía todo sentimiento.
Ni bien las dudas comenzaron a ser un espejismo, la puerta se abrió y aquello que Antonio había presentido, se tornó en una realidad evidente.
Un hombrecito lo invitó a cruzar el portal (porque sin duda eso era el dibujo). Una vez cruzada la puerta comprende que todo lo que había estado presintiendo, tenía su razón de ser en un dibujo.
Del otro lado había un hombre preparando una maleta vieja de lona marrón…
Una vez allí, Antonio dejo de ser él. Todo recuerdo quedó impreso en una hoja en blanco. Ahora era otro, con otra historia y con una memoria que atesoraba momentos difusos…
Intentó volver, pero olvidó que tras la invitación a cruzar el portal, se le advirtió que no podía cruzar dos veces por la puerta dibujada… Había un solo camino de regreso, y era a través de los años, aunque probablemente nunca pudiera llegar a ese día ya que todo lo que él era, seguramente desaparecería para siempre de sus recuerdos y de su alma.
La alternativa era romper el dibujo, pero ello significaría ignorar eternamente ese deseo que lo llama desde el fondo de su esencia.
Estaba desorientado. Había incomprensión en esa certidumbre que lo allanaba y lo invitaba a permanecer allí para reescribir su historia y, acaso, recrear aquel dibujo…
Antonio intuía que detrás de ese dibujo extendería su humanidad; alguien más repetiría ese momento. Era cuestión de tiempo, de paciencia… de herencia, de destino. El único temor que guardaba era que quien descubriera el dibujo decidiera romperlo y con él se desvanezca la nostalgia y se mueran los recuerdos. Tal vez esa sería la elección que demandaba cumplir el destino.
Explicar un momento que pertenece a otro tiempo y lugar lo desconcertaba. Sabía que debía pasar por esto, pero de igual manera quería verse en otros ojos y ver a través de ello, aquella realidad indefinida…
El hombrecito mira picaramente a Antonio y le dice:
- ¿Qué harás?
- No tengo la menor idea.
- ¿Te vas a quedar para cumplir con el ritual o dejarás que el dibujo permanezca ajado y amarillento en el anonimato?
- No. Tengo el presentimiento que desde mi sangre fluirá el misterio revelado que culmine con este destino.
- Entonces ven, mírate en este espejo. Dime ¿ qué ves?
- Te veo a ti.
- Y ¿quién crees que soy?
Miró la imagen borrosa del espejo. Reflejaba el rostro de un niño que observaba atentamente a un hombre sentado sobre una maleta marrón, dibujando una puerta.
- No es posible…
- Todo es posible. No hay un mundo paralelo y entre el pasado y el presente. Simplemente has descubierto el punto de unión entre lo que eras, lo que serás y lo que engendrarás …
- Pero entonces ¿todo mi destino parte de un simple dibujo?
- No sólo parte de un dibujo sino que se prolonga de modo tal, que formará parte de tu descendencia y un nieto tuyo, un día, repetirá este momento y tal vez el ritual termine o la curiosidad lo lleve a ver hasta dónde se atreve a llegar el destino.
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En algún lugar de Paraná cuyo barrio tiene sello siciliano, un niño dibuja una puerta. No sabe bien por qué pero tiene el presentimiento que en algún momento alguien abrirá y le preguntará ¿vas a atravesar el umbral?
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