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1

No sé cuando salió esa idea suya de irse para Marruecos. Jamás me la mencionó. Él no era reservado, y me tenía confianza, por eso mismo me extraña que no me hubiera dicho nada. Es un hecho realmente lamentable. Llamé a su madre para saber cómo estaba; de hecho quería saber algo de él. Ella fue quien me contó que Andrés se había ido para Marruecos, y que recientemente, no habían tenido noticias suyas.

Al parecer, la comunicación por Internet no es tan buena, eso al menos es lo que les dijo: supongo, igual que ella, que no quiere escribir muy seguido.
No se debió haber ido sin avisar, sin dar pie a que otros le hubiéramos tratado de hacer que desistiera. Sin embargo, no deja de ser impresionante esa decisión. ¿Será que se va a quedar mucho tiempo por allá?, ¿encontrará trabajo? Yo me mantendré al contacto por lo que otros me cuenten porque se me achica el corazón leerlo, y además me enoja mucho, por no decir otra palabra.

Dicen que las mujeres marroquíes no son abiertas, que el mundo occidental sigue muy distante para ellas, pero seguramente conocerá alguna europea por allá.

En algún lugar de sus escritos recuerdo vaguedades que aludían esos rumbos, no sé qué exactamente. Me parece que en un cuento hace una descripción de un desayuno, no lo sé. ¿Qué estará comiendo él allá?, ¿será buena la comida de Marruecos?

Le escribí una larga carta, diciéndole que ya sé que se ha vuelto a comunicar con su familia, que dice que todo está bien, que estoy enterada que está trabajando de mesero, en un café, y que por los momentos, está calentando la cámara para mandar muchas fotografías y algunos escritos. Pero la borré, justo cuando mi novio estaba entrando a la oficina, para llevarme a comer.

Son tan distintos uno del otro. A Miguel no le puedo contar nada de Andrés porque siente que cada alusión a él es una manera indirecta de compararlos. A veces nos quedamos callados durante mucho rato, él ignora que estoy pensando en Andrés. A los dos los quiero de distintas maneras pero Andrés fue mi primer novio. Con Miguel perdí la virginidad, fue el primer hombre que llevé a la casa, que conoció a mi familia.

Lo quieren y no lo quieren. Es amable, callado, servicial, pero no es muy original como persona, dicen mis hermanos que uno nunca lo termina de conocer. Andrés, creo yo, les habría caído bien y mal, igual, lo hubieran respetado igual y seguramente les habría parecido un muchacho singular. Nada más.

Siempre vamos al mismo restaurante con Miguel, con Andrés no salíamos a comer, era un poco tacaño, además, no tuvimos muchas oportunidades de salir porque por ese entonces, él, le dedicaba demasiado tiempo a su familia. El restaurante es bonito, yo lo escogí, es español, de alguna manera, me siento cerca de Andrés ahora que estoy en este lugar.

Habrá probado todo tipo de aceites. Mi sueño siempre ha sido que un hombre me llene el cuerpo de aceite, me deje tostando en el sol y que me moje después, poco a poco, con agua fría. Ni con Andrés ni con Miguel he podido cumplir ese deseo. Supongo que con ningún hombre lo haré. A veces las mujeres deseamos cosas que no se pueden cumplir. ¿Por qué será que los hombres son tan estúpidos? Espero no casarme con Miguel, pero el tiempo que llevamos juntos me indica que seguramente sí pasará.

Secretamente sueño con que Andrés venga y me lleve, a alguna parte, me arrebate, pero nunca lo hará, él vive para sí mismo, o en todo caso, nunca vivió para mí. Al salir del restaurante nos fuimos a un motel, en el lugar, tuve la sensación de que Miguel tiene un lado, poderosamente perverso: no sé si es bueno para mí o si representa algún tipo de peligro.

2

Al llegar de nuevo entendí que allá no es un lugar para mí, que la vida de pronto se te puede volver demasiado corta, te estoy hablando que eso es de hace muchos meses, desde un principio casi.

Supe que tenía que salir, al menos un rato, y me vine lejos. No te había querido escribir porque las distancias entre nosotros se habían ahondado demasiado y me parecía que no tenía mucho sentido volvernos a comunicar de nuevo, te soy sincero. Pero todo lo que me dices es totalmente cierto.

Acepto que peco de egoísta pero he tenido esa sensación de que la vida es muy corta y un extraño presentimiento de que está en mis manos prolongarla un poco más. Volveré a ver a mis padres, sin lugar a dudas regresaré, pero no mañana, ni siquiera el mes siguiente, probablemente el año entrante. Además, vendrá mi hermano a vivir conmigo.

Me imagino lo que estarás pensando. Pudo haber habido un nosotros, yo lo sé, no obstante, era una quimera. Tú regresaste con Miguel, ese muchacho que te hizo tanto daño, no podemos negar que tienes la coraza un poco floja, no lo sé, es más, no sé si debería estarte escribiendo estas cosas.

Finalmente hay mucho que contar de lo que he visto acá. La ciudad es impresionante, no tienes idea de cómo es, cómo se vive la gente en los mercados, en las plazas, la música, la comida, la misma literatura. He aprendido algunas palabras en árabe pero sobre todo me manejo hablando en español, francés e inglés porque he conocido a muchos turistas.

Por las mañanas me dedico a tomar fotografías, no he impreso ninguna y antes de ir a trabajar escribo largas cartas a mi casa, que no mando por correo electrónico porque la verdad es que no es tan bueno por estos lados, muy extraño. Pero me da tiempo para escribir cartas más elaboradas.

En las tardes y en la noche estoy en el café-bar, que es un lugar de ensueño, en serio. Claro, hay muchas cosas que no te gustarían pero aquí tendrías una vaga pero profunda sensación de libertad, sé por qué razón te lo digo. Hasta pronto, te quiere siempre, Andrés.



3.

Nunca pudo zafarse de la mente ese noviazgo suyo, viejo, demasiado viejo. Cree que no adivino cuando ella está pensando en él, cuando al traerla, cuando al besarla, cuando al invitarla a comer está en otro lugar y no conmigo.

Pero yo también tengo mis momentos, mis lugares y mis escapes. Soy más terrenal, no como el Andrés que se tiene que ir muy lejos para escapar. La vida también se puede hacer aquí. No es necesario irse hasta Marruecos para encontrarla.

Adela es una mujer más hermosa que Irene, mucho más, pero tiene menos vida interior, por eso no la puedo dejar a Irene, sin embargo, es un lugar, donde yo también puedo vaciar eso que me queda en el aire cuando estoy con Irene. Es la función de una amante. ¿Pero qué amante me conseguí? La de siempre, la mujer que te escucha, la que te complace, a la que le pagas.

Finalmente de eso se trata todo: pagar. Yo he pagado, Irene ha pagado, Adela y el mismo Andrés han pagado, todos, hemos pagado para entender las cosas de alguna manera. Yo me digo a mí mismo que los libros no sirven para nada, los libros detienen la mente, no la provocan. Pero Irene, empecinada en seguir la vida de soñador de Andrés le gusta estar leyendo en la tarde. Cada vez que llego a su oficina está leyendo un libro.

Eso no sirve de nada, me digo, y no se lo digo, si a fin de cuentas son otras cosas las que interesan, las que mueven los hilos de la vida. Ella, es, ocultamente perversa, sexualmente extravagante, hasta mala, un poco enferma; pero me quiere proyectar a mí esa imagen, es ella, no soy yo.

Si la tengo contenta es capaz de dejar la lectura, de dejar a su familia, de entregarse, vilmente, a vivir con intensidad su instinto. Eso es lo que encontró en mí y lo que nunca conoció en Andrés, que tal vez es el que le mueve otros hilos en la vida.

4

La semana pasada hijo, nos comunicaron una muy mala noticia. Irene falleció. Dejó un hijo de un mes, murió en compañía de Miguel, con quien se había casado. Nos había pedido que no te escribiéramos nada al respecto, que ella se mantenía en constante comunicación contigo pero por lo visto eso no fue así.

Hijo, es una muchacha que te quiso mucho, creo que deberías dedicarte un tiempo a pensar o reflexionar algunas cosas, no sé, a recordarla, no me quiero entrometer y sugerir qué debes y qué no debes pensar pero vale la pena dedicar algunos momentos de tu vida a pensar en ella.

Sabes, estos meses que te has ido nos has dejado a todos en un vilo extraño, tenemos miedo de que algo te pase por allá. Es tal vez un poco egoísta de nuestra parte sugerirlo pero quisiéramos tenerte de vuelta, pronto. Es muy lejos Marruecos, te sentimos demasiado lejos.

Sabemos que ha sido muy productivo todo, pero, ¿no tienes hijo una sensación de que la vida se puede terminar muy pronto estando allá? Es lo que sentimos tu madre, tus hermanos y yo. Convencimos a Fernando para que no se fuera; muy bueno de tu parte que también se lo sugirieras.

Hace unas semanas yo había visto a la muchacha en compañía de ese novio suyo, quien no tiene la culpa de nada porque fue un accidente terrible y no fue culpa de ellos. Iban para el lago. ¿Para qué te cuento más? Dice tu madre que me he vuelto muy amarillista.

Te repito hijo querido, que de pronto es que nos has dejado a todos en vilo yéndote de esa manera.
Esa vez se hizo la loca, supongo porque el muchacho la reprendía si la veía saludándonos.

Pero tenía una mirada tierna y buena a pesar de todo lo que fue al final. No hay que juzgarla, tampoco es para que te sientas mal, pero puedes tener la sensación de que siempre te quiso…

Bueno hijo nada más qué contar, esperamos una respuesta pronta de tu parte porque tu familia te está pidiendo que regreses.


5

Te he escrito mucho y siempre lo termino borrando, seguramente esta carta la terminaré tirando al cesto de la basura. Tenemos cinco minutos para escribirte. Estoy embarazada, el hijo es tuyo, creo, no lo sé, no me importa, lo tendrá Miguel, él será su padre, nunca lo sabrá.

No te preocupes, eso es lo de menos, lo de más, es que te extraño mucho, que quiero que regreses, que vuelvas, que veas a tu hijo, que seguramente ya viéndolo sabrás que es tuyo, llevo seis meses de embarazo: le he pedido a tus padres que no te escriban nada al respecto, por las vagas cartas que me escribes una vez al mes me doy cuenta que no te han dicho nada.

También me casaré, me queda un minuto, la semana entrante. Esta oficina está muy bonita, tiene unos colores que seguramente encontrarás en Marruecos, unos espacios de luz impresionantes.

Mi esposo ya viene llegando, se sentará dentro de unos minutos, con su cara extraña, ya lo quiero más, y me preguntará cómo ha estado mi día. Hoy no iremos a comer a ninguna parte, quiero estar sola, pero con él, ¿tú me entiendes verdad? Pensando en ti y en nada, en nada y en todo, en él y sobre todo en mi hijo, que no se llamará como tú, se llamará, no lo sé todavía.

El trabajo ha estado igual que siempre, lamento mucho no poder irte a buscar allá, ¿me aceptarías si no te digo que es tu hijo, si te digo que es hijo de Miguel? Es mentira, es tuyo. Bueno amorcito lindo, este otro hombre ya va entrando, se detiene en el mismo portón que tú ya conoces, le hacen la misma inspección que le hacen a todos los que entran. En menos de treinta segundos arrugaré el papel y lo tiraré al cesto de la basura.

Por mientras, mi amor, te hablo a la distancia, me quedo entre tus brazos, me acuesto en tus sueños…

Texto agregado el 27-01-2006, y leído por 239 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
29-09-2009 Siempre te he admirado como hombre y como escritor. Cada historia tuya es tan auténtica que tiene la capacidad generar un remolino de sentimientos. Siempre hay una palabra o una expresión tan estratégicamente escondida en tus composiciones que subitamente me cortan el aliento. Es una lástima nunca haber tenido la oportunidad de ser la fuente de tu inspiración. silueta
03-02-2006 Te felicito buena prosa e ingeniosa y atrapante historia. Gracias por invitarme a leerte. Saludos borda
03-02-2006 excelente narración. Muy real además, me ha encantado la forma como lo expusiste, el paso de las voces de los personajes, muy, muy bueno.***** munda
01-02-2006 Gracias por tu invitacion...Intensa historia,atrapante.Buen trabajo!!! gordopicaro
01-02-2006 Cuatro personajes unidos en una historia muy bien hilvanada a través de las 5 cartas...el ritmo se mantiene constante, alcanzando intensidad en la carta del padre, y luego en la última de Irene...que parece que al final se decidió a no votar en el cesto de papeles. Disfruté mucho tu relato. galabriela
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