Hoy subi a la bici para andar más que unas cuadras por primera vez en años. Esta no es la que me robaron, es una más rasca, pero sirve para su propósito... ahorrar unos pesitos y bajar unos kilitos, y pasé por tu casa, y vi en la ventana de tu depto como colgaba (era tu depto???) una polera o algo asi fucsia, para nada tuyo. ¿Está viviendo contigo? ¡qué fuerte! pero que le puedo hacer yo... dejar de llamarte, incluso dejar de llamarte sin decir palabra los domingo mientras cocino. Sí, que divertido, desde que dejé de verte he aprendido a cocinar muchas más cosas, además ahora me pinto los labios y los ojos antes de salir. También le coqueteo más a los hombres, no tengo nada que perder, y me invitan curiosamente a tomar café con pasteles y comer helados.
Pero no quiero helados ni cafés con ellos, quiero bicis contigo querido... quiero que ella salga de tu vida y deje de colgar su nefasta ropa fucsia en tu ventana. Ella no sabe preparar mermeladas como yo, ni la torta que mata a tu papá. Pero bueno, me la jugué mal, y sí, sé que en algún momento pasarás por acá, leerás, sabrás que escribo todo esto por ti, y bueno, da lo mismo. Entérate de que me cuesta olvidar lo nuestro, proque decir que me cuesta olvidarte sería injusto. Volví a trabajar a una radio, está cerca de tu casa y todos los días me he controlado para no ir a verte. Igual saludo a tus conserjes cuando paso por afuera, pero eso no es nada.
Suerte con el fucsia, a lo mejor me confundi y era tu ropa de ciclista o la ventana de tu vecina, de todos modos, no quiero que la veas más y no puedo exigirte nada y eso me tiene tan frustrada como lela de ganas de amarte y sorberte hasta el infinito. Dulces sueños amor mío.
Tu Andrea. |