Ando buscando un lugar. Nadie se atrevió a venir conmigo cuando abandoné la ciudad. Decían que no lo iba a encontrar, que era una tontería querer llegar a un sitio donde nunca has estado y no tienes idea de donde se encuentra.
Dudaban de su existencia, y de mí.
Nadie tuvo el suficiente valor de caminar sin rumbo, solo querían seguir con sus tristes vidas establecidas. Algunos pensaban que cambiar estaba mal, otros que llegaría a algo peor. También había quien opinaba que no serviría para nada, más gente creía que ese lugar solo existía en mi cabeza. Y, unos pocos, decían que en un tiempo me seguirían.
Yo no quiero que nadie me siga. Yo quiero compañía. No comprendo la indiferencia de la gente, ¿Por qué hay que acatar lo que consideramos preconcebido? Hemos dogmatizado una serie de rutinas y ahora cualquier cosa que no entre en esos cánones, es malo. Algo que hay que evitar.
Sigo andando, buscando ese mundo. Sé que algún día lo encontraré, no me arrepiento de estar perdido. Solo me arrepiento de haber dejado que los que no se atrevieron en su momento se consumiesen.
Sí, aún ando en busca de ese lugar, la gente me tachó de iluso e idealista. Ellos lo veían despectivo.
Yo seguiré fiel a mi opción, no me importa lo demás, sigo haciendo mi camino.