Perturbada la noche
muerde estrofas de otoño,
testigo
de las sombras
que trepan por los muros.
Cae la soledad sobre la almohada,
suicida la aspereza del silencio
borracha de parir
entre hojas ocres,
caricias de poemas náufragos.
Irrumpe la tonada cadenciosa,
una sonrisa
busca asilo entre los labios,
de puntillas
los sueños cubren huecos,
abrazando las horas verticales
hasta que guiñe el sol
... cuando despierte.