Amaneció un gran día
Abrí la ventana, los árboles se inclinaban a la luz del alba como si rezaran secretamente, los pájaros con sus calidos trinos y largos silbidos parecían felices.
Amaneció un gran día.
A pesar de nuestra tosquedad, nuestra condición terrenal y nuestra ignorancia, quisimos celebra una gran fiesta.
Aquel día bautizamos a nuestro niño del alma, para que, con la gracia de Dios, recibiera su origen divino.
Amaneció un gran día.
Texto agregado el 26-01-2006, y leído por 101
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Lectores Opinan
28-01-2006
**** aunque no comparto el trasfondo religioso al leerte me has contagiado esa felicidad giocondab
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