En la madrugada de un invierno cualquiera, entre la luz parpadeante de un farol , veiase la silueta noctambula de un ente carente de alma.
aquella imagen mia, debo decirlo desembocaba lo más profundo de mis desdichas, no era una noche mas, la atmosfera poseia aquella extraña sensación como preambulo de una catastrofe.
Venia de una reunión como antaño solia asitir, viejos colegas expresaban de la manera mas sencilla y práctica aquellas dislexias gramaticales de las cuales siempre brotaban carcajadas y anécdotas simpaticas.
En aquella cofradia me encontraba yo, este humilde narrador con pseudo poses de escritor por la cual debo ser condenado sin mas, intercambiabamos ideas y licores al por mayor, cuando una rafaga de ideas y nostalgias apremiaron mi estancia en aquel lugar.
Siempre he creido que a medida que el tiempo impiadable persiste en su andar, las nostalgias aumentan como la sombra de un viejo farol en una puesta de sol.
Pues bien aquella irrefrenable desdicha asomaba en mi cabeza y no poseia la menor intención de una pausa, era como un cáncer que carcomia mis entrañas, muchos años antes habia acontecido en mi indolente existencia un suceso que habria de tatuar en vilo los vaivenes de mi futuro, era un pequeño tontuelo que se aferraba al ideal de una unión por demas inconciente, aquella habia sido la sima de mis laberintos amorosos, pues ese insondable y lastimero sentmiento o esencia de vida que muchos se empecinan en llamar, avitaba en mi y pretendia tambien que lo hiciera en ella, graso error ella viajo desprovista de mi alma, que sin duda hubiera dado su vida por su encanto.En la madrugada de un invierno cualquiera, entre la luz parpadeante de un farol , veiase la silueta noctambula de un ente carente de alma.
aquella imagen mia, debo decirlo desembocaba lo más profundo de mis desdichas, no era una noche mas, la atmosfera poseia aquella extraña sensación como preambulo de una catastrofe.
Venia de una reunión como antaño solia asitir, viejos colegas expresaban de la manera mas sencilla y práctica aquellas dislexias gramaticales de las cuales siempre brotaban carcajadas y anécdotas simpaticas.
En aquella cofradia me encontraba yo, este humilde narrador con pseudo poses de escritor por la cual debo ser condenado sin mas, intercambiabamos ideas y licores al por mayor, cuando una rafaga de ideas y nostalgias apremiaron mi estancia en aquel lugar.
Siempre he creido que a medida que el tiempo impiadable persiste en su andar, las nostalgias aumentan como la sombra de un viejo farol en una puesta de sol.
Pues bien aquella irrefrenable desdicha asomaba en mi cabeza y no poseia la menor intención de una pausa, era como un cáncer que carcomia mis entrañas, muchos años antes habia acontecido en mi indolente existencia un suceso que habria de tatuar en vilo los vaivenes de mi futuro, era un pequeño tontuelo que se aferraba al ideal de una unión por demas inconciente, aquella habia sido la sima de mis laberintos amorosos, pues ese insondable y lastimero sentmiento o esencia de vida que muchos se empecinan en llamar, avitaba en mi y pretendia tambien que lo hiciera en ella, graso error ella viajo desprovista de mi alma, que sin duda hubiera dado su vida por su encanto. |