Tenía sed, sed de algo exitante y placentero, me escondí en casas polvorientas y oscuras, de amigos queridos, pero con vidas descoloridas. Chicos con personalidad y palabras llenas de experiencia, pero ciegos de verdad, de vida, de soledad…su soledad, que yo compartía en un sucio momento, en una cama fría de paredes pálidas con intenciones de caja musical o alguna película del cable. Salté…si!! Le salté encima, me comí sus palabras con mis besos de fiera en celo… y el, el hizo lo mismo. Me aburrí, me levanté y me fui a bañar, salí a bailar una canción de mi repertorio y el quería seguir jugando… tomé dos frascos de pólvora y se los tiré por la cabeza, a ver exactamente si de una vez por todas lo mataba… y se rió de mi toda la noche; le dije que no quería mas sexo barato, que no quería nunca mas dormir en su cama que estaba gastada de tanto reboltijo, que yo me harté del sabor a sexo nocturno en mi boca, del olor del cuerpo cuando goza, que estaba bien… que estuvo muy bien, pero prefería verlo sonriendo cuando se mirara al espejo, y que no me importaba que la cama estuviera sucia, si no que el mundo tiene otros clores y no le haría nada malo salir a verlos. Que si me pintaba las uñas, no era de pretenciosa… si no, que había descubierto algo en la mañana, cuando el sol recién está saliendo, que aveces era bueno dormir mas de un poco… que los sollozos que brotaban en mis palabras, muchas veces él me alludó a entenderlos… y que no es el único a quien le pasa lo mismo, pero quizás… yo, ya había crecido sufisciente…o demasiado. Y tenía que dedicarme a otras cosas, como preocuparme de tener hijos y como pagarles el colegio, o que se yo, pensar un poco en esas cosas que se suponen valen la pena, o simplemente hacerme la tonta , mirar un poco mas la tele, para tener tema con todo el mundo y no solo con algunos como el. Pero no fui muy sincera, simplemente ya no me calentaba.