Bendito el momento en que un rayo te toca 
parte tu cabeza y te separa de las otras. 
te obliga a pensarme, 
desnuda entre mil, en una foto de domingo 
sobre tu cama desarmada al amor. 
Pechos blancos, pezones rosados, 
vientre un poco abultado. 
 
Bendigo cuando me recuerdas, 
tocando los muslos de otra ella, 
sus caderas con menos grasa, 
su pelo lacio al lado del mío. 
 
Bendita la suerte de la tormenta 
cuya lluvia lava tu memoria 
y atrae mis recuerdos 
de mil carreras sobre ti como mi potro. 
 
Bendice tú mi obstinada forma, 
mi andar pausado y tendencioso, 
Mi ardor por volver a tocarte, 
por tenerte dentro el día justo de la concepcion. 
 
Bendito mi vientre que durante nueve meses  
cargará nuestro fruto, pasión de pasiones, 
que llenará mi vida de luz y música. 
Aunque me dejes tendré al retoño, bendito 
de su padre, que alegrará cada minuto a mil, 
cada día que tenga el valor de vivir tratando 
de olvidarme de to. 
 
Bendito tú, bendita yo, 
Benditos nosotros amantes en sueño y en pasado 
que pronto buscaremos en futuro para intentar 
ser para siempre.  |