Un perfume impregnado en el aire en mi cama,
un recuerdo, muchas caricias, una tarde, una calentura,
miradas, susurros, besos, fluidos, poros y miel.
Él esta conmigo aunque ande por muchos mares,
esparciendo su perfume, provocando mis pesares,
Ël es y será el primero, el último, el de siempre,
el de nunca, el que bebe de mi cuerpo pálida
ardiente, imperfecta, sencilla alegría de sus días.
¡Que no daría por robarme ese perfume de su piel!
impregnado cuando me mata, cuando
me vive, cuando me olvida, cuando me añora.
Permufe de mis días de placer matutino e inquieto
insomnio de placer imaginario
al sentir que del otro lado de la cama
sola esta.

Perfume de puertos y viejos amores
de siglos y presentes
causante de mi más ardiente tentación
mezcla esta noche tu perfume con el mío
y provoca esa chispa, maldita, benigna,
sin pena ni culpa,
tónico de mis poros, elixir de las diosas
fecundame el alma con tu perfume
para recordarte siempre en mis noches de
angustia y soledad.