No al sol, su calor se hace noche en mi pecho
no entendería mi enigma
No a la luna, su luz me abandonó en señal de venganza
ella volvió al cielo y yo perdí su encanto.
Ni siquiera al aire, se rehúsa a dormir a mi lado
Se niega al baile, se esconde, se esfuma.
A nadie, a nada, a ningún lugar, recuerdo o deseo,
el escenario y razón de mi amargura.
Ya no deseo sonreír, hipocresía menguando mi locura,
que yace acostada en el centro del origen,
me acusa esta redundancia, este dolor que inmoviliza mis manos.
Ya no deseo llorar, reclamando ser de mentiras,
desdoblarse para alcanzar la muerte
con el sonido de huesos quebrando,
agonía.
Pasos mojados de lluvia,
delusión de inmortalidad asfixiada en frases vacías,
proyección subconsciente de un sueño en un espíritu equívoco.
Hacerse vidrio para disipar sombras.
Al fin, carencia de voluntad, de tinta, de vida
Al fin, ausencia de fe, de paz, de miedo,
De tristeza suficiente para decir...
Eldred
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