Canción-Fanática. Los cadenciosos ritmos no mermaban su intensidad mientras a ella se le encogía el corazón cuál algodón entre los dedos. Él, en su insondable canto, le reclamaba desesperado algo propio y la fanática se extinguía al son de la plegaria. Su cantar frenético derramaba los más atroces clamores, haciéndola a ésta convertirse en polvo. Finalmente la melodía atardeció, sólo se percibieron los suspiros de él y de ella
Texto agregado el 24-01-2006, y leído por 133 visitantes. (4 votos)