Hoy nos congrega una reflexiòn, mis labios diràn verdades sin callar culpables. Deseo que hoy mis palabras siembren mil dudas y que su silencio coseche una certeza. Como sabemos, nuestra memeria abarca un poco màs que el programa que vimos ayer, nuestras primeras palabras ya no son papà y mamà, sino internet y friends; las figuras paternas se reducen al rectàngulo màgico que a color o a blanco y negro, no educa pero entretiene.
Las dudas nos las resuelve Google y nuestra soledad el encuentro.com. Te registras o no existes, tienes un e-mail o no tienes amigos, si no tienes messenger còmo te encuentro, si no ves Fox de què hablamos. Hundidos en la red ahogamos nuestra naturaleza; inventamos para dominar o què nos inventan para dominarnos.
Acariciamos màs el teclado que a nuestro novio, claro si èste no es virtual. Y que decir de la voz que nos levanta cada mañana, còmo ocultar que aùn sin conocerlo, deseariamos salir con èl.
Haber pensemos ¿peligra nuestra raza? oìmos a travès del radio, conocemos por medio de la red, nos sensibilizamos a travès del televisor, reproducimos nuestra humanidad por medio de màquinas. Cada vez màs lejos de Dios creamos vidas tan vacias, tan falsas, tan llenas de nada, que deberìamos preguntarnos si realmente estamos vivos.
En el mundo de la informaciòn somo cada vez màs ignorantes, utilizamos el mismo lenguaje, sin tener la misma lengua. Tommy marca nuestro estilo y Bosi define nuestra personalidad. Crecemos con
Green, pero Kool define nuestro estrato. La marca de nuestro carro pesa màs que nuestro apellido.
No es nuestra culpa lo que fuimos, es nuestra responsabilidad lo que seremos.
Estas fueron las mil dudas que sembre y èste .... el silencio que esperaba. |