Yo recorro las noches sin luna,
Voy aullándole al al trote,
Contra el tiempo implacable y efímero.
A veces, corro en viento de invierno.
Por momentos, jugando una carrera,
Cuyo triunfo (otros creen) será mío.
Cuando no puedo más, me refugio,
En mi cueva secreta y oscura.
A veces recuerdo momentos mejores,
Juventud, gente que se ha ido.
Un tiempo que parece perdido en las eras,
Alguien que despertó sentimientos dormidos,
Que ni siquiera sabía, existiesen,
Para luego dejarme, sola y vacía.
A veces, corro enloquecida,
Para ganarle al dolor por un rato.
Otras, agotada y sin aire, me quedo quieta,
Aceptando entre cadenas y espectros,
Mi triste destino.
|