Las arenas son agitadas por las melodias del viento, tu voz lejana llega suave a mis oidos, mezclandose con panderos y violines, entre velos, collares y brazaletes que tintinean un cuerpo en extasis danza al ritmo de la musica envolvente...un par de ojos negros miran fijamente, mientras la odalisca da vueltas y vueltas...los ojos del hombre siguen el camino de una gota de sudor que baja por su cuello y su pecho hasta perderse en las profundidades de su escote...el vaiven de sus caderas no cesa y el ondear de los velos se hace mas rapido, la mirada negra del hombre lo delata hipnotizado, su corazon se acelera, se levanta, la musica para en seco...la odalisca deja de bailar y lo mira asustada, el la coge por la cintura, pero no le mira los ojos, le mira la boca, la aprieta contra si, toma su nuca con la otra mano...y...le inclina la cabeza para besarla en la frente, la suelta, da media vuelta y se aleja de ella para siempre, inmerso en una tormenta de arena...una tormenta, dentro de su mente...
(Para Ti, el de la oscura mirada) |