Nos trasladamos a una pulpería como tantas otras del paisaje rural argentino de fines de 1800. Es de noche, y en esta rústica edificación de adobe, iluminada mezquinamente por las velas, se juntan los gauchos a tomarse unas ginebras, jugar a las cartas, contar cuentos, y hablar de las cosas propias del noble hombre de a caballo.
Al transitar imaginariamente por el piso de tierra del despacho de bebidas alcohólicas, (medio mareados, agarrándonos de las rústicas mesitas de madera, y musitando barbaridades, por habernos tomado alguna que otra ginebrita) podemos escuchar las voces perdidas de los gauchos de tierra adentro....
_Uh, no zabe!! il moro que mi comprau!!
_Uzau?
_Y zí, pero joya, joya, el tipo que lo tenía, ze vé que no lo uzó nunca, lo habrá teniu atau adentro el corral, porque tá intato...
_Un moro zi ha comprau!!! Pero escuchemé aparcero, los moros no esisten, qué quiere, que se le quede parau nel medio e' la arriada? Se hubiera comprau algo como la gente!!!
_Un tordillo! un tordillo quiere que me compre... usté ziempre, ziempre con el tordillo, fanático del tordillo tenía qui zer, caracho!!!
_Pero paizano, el tordillo anda y anda, ej un fieyo, nunca lo va a dejar a pata!!
_Yo me voy a comprar un tobiano, nuevo, pero por lizitación...
_Por lo menos ej un tobiano, no un moro como zi ha comprau ejte animal!
_Pero que zabrá usté? Usté porque nunca ze pudo comprar algo como la gente!!
_Ezo zí, el moro no le gasta heyadura... Ezo, ezo zí tiene de gueno. Yo i andau con un malacara, haze muuuucho!!!! todo bien, eh? andaba por donde quiziera, pero tenía que dir al heyero cada dos por tres.
_Y zí, pero qué heyaduras le ponía? Endeseguro que le ponía zin aleazión!
_Pero zi es lo mejor que hay!!
_Otro que no zabe nada!!! No tiene ni idea, paizano!!!! Zin aleación le ponía... y claro!
_Ezo zí, al moro ejte le tengo que dar pasto con gramilla ezpezial porque zinó se indigezta...
_Quién le dijo ezas macanas?
_Mi amigo, el que tiene una estanzia y compra y vende pingos, ze conoze todo...
_Y zi conociera dendeveras, le hubiera dicho que ze compre un tordillo...
_Uh! y otra vej con el tordillo!!!
_Ej el bázico?
_Zí, pero le viá poner una fonola Rca guenízima, tiene un ziztema pa darle manivela zin darze guelta, que ej lo último que zalió... Color doradito es...
_Qué le vá poner también... montura con luzes de neón azul?
_Zí, como adivinó!!!
_Ej una locura!!! Conserveló original y déjese de joder aparzero!!!
_Le viá a poner todo un correaje de cuero, que viene con la montura, tuito, tuito con luzes de neón azul, y en la parte de adentro del juego de heyaduras, también tiene luces, son unaj nuevitas que ze le prenden cuando el pingo toca el zuelo, vió?
_Le va a poner el alerón a la montura también...
_Pero queda bárbaro...
_Mire, paizano, póngale todo lo que quiera... la mona, zi se viste de zeda, mona queda, y zi al moro le pone luzes e'neón, alerón, y fonola, va a zeguir siendo moro...
_Zí, zí, claro... Gueno, como lez decía, a ujtedes que zí zaben... no como ezte... ya lo estoy hablandando... Y cuando le termine de poner tuito voy a coyer en las cuadreras que van a hazer ahora el zábado por la kermesse.
_Avízeme, azí no apuesto por uzté...
_Pero vaya, vaya a dar una guelta bieeeeen dezpacito con zu tordillo, no zea que se le canze entuavía y lo deje de a pié...
_Uzté no zabe nada... Falta nomáj que le pinte fuego en laz costillas al pobre animal...
_Qué buena idea!!!! va a quedar guenízimo... Ezo me faltaba!
En aquel humilde boliche de paredes pintadas con cal y techo de paja, con su característica reja para proteger al pulpero, también solían hacer pie los legendarios payadores, los cuales pasaban horas y horas enfrentados en criollos entreveros de poesía improvisada, ginebra y guitarras desafinadas.
Esas justas propias del paisaje rural de la provincia, a veces terminaban en duelos a cuchillo, porque entre los versos gauchos se colaba a menudo, alguna afrenta o desafío, o cuando era demasiado trabajoso hilvanar una contestación coherente, encima en verso, teniendo demasiados litros de grapa en las venas y a la concurrencia aburrida.
De los muchos payadores que pasaron por ese lugar, hubo dos que quedaron grabados en las leyendas y mitos gauchos.
Continuará.... |