CRÓNICAS DESDE EL CAJÓN DEL MAIPO


¿A QUIEN LE TIENE MIEDO EL LOBO?


El LOBO es un noble animal.
Vive en los bosques helados, en las estepas, en las montañas inaccesibles. En todos aquellos lugares donde pueda protegerse del gran depredador.
¿A quien teme el LOBO? AL HOMBRE.
¿Y quien es el HOMBRE?
Bien, excepto excepciones, es el ser que no distingue entre amigos y enemigos. El mamífero que usa su inteligencia para engañar, corromper, violar, contaminar, denigrar, torturar, etc.… etc… etc… y a veces para hacer el bien. El mayor experto en destrucción de toda la Creación. El gran envidioso.
Virginia Woolf nos entregó su obra, que agradecemos: ¿Quién le tiene miedo al LOBO?
Querida Virginia: Al LOBO no le interesa que le tengan miedo. Caza cuando necesita alimentarse él y su manada. Quiere después la tranquilidad de su guarida, el juego con sus lobeznos, el aire puro de la montaña, el agua cristalina de los arroyos, la pureza de la blanca nieve, el tronar relampagueante de los días de tormenta, el bosque nativo que lo cobija.
LOS POCOS LOBOS QUE QUEDAN ESTÁN MUY PREOCUPADOS.
CADA VEZ HAY MAS LOBOS ESTEPARIOS.
Nicanor Parra me dijo que su madre un día le comentó: Hijo, los hombres al sacar petróleo le están quitando la sangre a la Tierra.
Miles de cosas que “ayudan a una mejor vida a los humanos”, contaminan, debilitan, destruyen el medio ambiente. Acaban con la sangre de la Tierra.
El mundo se agota junto a sus moradores.
Ni los saqueadores y sus secuaces, ni los saqueados y sus familias, sobrevivirán al fin de la naturaleza.
Todos lo saben pero no les importa. Sacan la siguiente cuenta: Yo viviré lo suficiente para disfrutar y nuestros hijos tendrán que arreglárselas como puedan.
Tal vez tienen razón desde su egoísta punto de vista humano.
Pero el LOBO piensa distinto.
Aunque no va a la Iglesia cristiana, ni al Templo masónico, ni a la Mezquita musulmana, ni a la Sinagoga judía, ni a la Pagoda Budista, etc… etc…, tiene claro que lo que le entregaron sus padres debe dejar para sus hijos.
Le pide al Dios de los lobos que lo protega de estos demonios que se extienden como un cáncer cutáneo sobre la faz de la Tierra. Han carcomido los bosques y contaminado las aguas de los ríos lagos y mares. Están acabando con su especie. Otras miles han desaparecido. Van a destruir la de ellos mismos.
Un Dios les dio un Paraíso para que administraran. Como las vírgenes necias están desperdiciándolo.
Conversé con el LOBO sobre esta situación.
-LOBO, nosotros sabemos que nuestra vida es corta y nuestra muerte segura. Entonces intentamos tener los mayores goces mientras vivimos Eso nos lleva a despreciar el entorno que nos será inútil después de muertos-
-HUMANO, ustedes no gozan mas que de los minutos que les depara el sexo, la ambición o el vicio. No disfrutan del Tiempo. Tampoco del Sol y de la Luna. Ni del viento, del calor, del frío. Ustedes no viven, sobreviven. Nuestras vidas serán mas cortas, pero más intensas. Se entierran vivos en una tumba de cemento. Sólo salen como sabandijas a destruir, a quemar. No comprenden que para vivir realmente se necesita una simbiosis entre el ser y su entorno-
-LOBO, el destino y las circunstancias nos llevan por ese camino-
-HUMANO, nosotros contemplamos desde las montañas, como la civilización humana avanza como el fuego, arrasándolo todo a su paso-
-LOBO, el fuego purifica-
-HUMANO, no vengas con ironías, purifícate tú entre las llamas-
-LOBO, es cierto lo que dices. Nadie quiere morir quemado. Pero así es el Destino y sus Circunstancias-
Nos separamos. YO a la ciudad de los Suicidas, el LOBO al bosque de los Condenados. Al llegar a mi casa unos hombres estaban cortando dos árboles para dejar paso a unos cables.
Pobre LOBO, pobre HOMBRE.

San José de Maipo, 4 de Agosto de 2005. Juan Carlos Edwards Vergara