| Empieza la tarde.
 Salgo con las mismas energías
 que cualquier tarde,
 mi día a día se ha sumergido
 en el abismo de la rutina,
 pero no es igual que todas,
 el sol sale,
 ella aparece
 
 Ella aparece
 
 De pronto todo cambia,
 de repente me encuentro inmerso
 en el mar de su mirada,
 disfruto cada segundo
 de su perfecta sonrisa,
 juego a que me la muestre,
 me encanta hacerla sonreír,
 me moriría viendo
 el dibujo de sus labios
 cuando esboza una sonrisa,
 pero no es lo único
 por lo que moriría,
 su pelo de oro
 peina el viento que nos mece
 en esta tarde,
 diferente de todas,
 igual que ninguna,
 todo ha cambiado en un instante,
 cada palabra que dice,
 melódica como una voz divina
 embelesa mis oídos,
 caigo en el embrujo
 de su canción,
 dulce sirena.
 Pero todo acaba.
 
 Pero todo acaba
 
 En un solo momento,
 ella desaparece  de mi vista,
 en un solo instante,
 ¿Lo habré soñado todo?
 Ella desaparece de mi vista,
 quien sabe por cuanto tiempo,
 espero que no sea el suficiente
 como para olvidar sus sonrisas,
 aunque no será la eternidad tan valiente
 para mandar al olvido,
 a por mis mas preciada posesión,
 el recuerdo,
 pero, en fin, todo acaba,
 el reloj ha sido testigo de nuestro encuentro
 y lo ha medido,
 cinco minutos,
 cinco minutos de inmedible placer,
 y ella se va,
 todo termina, todo pasa,
 como un cometa,
 como un suspiro.
 
 Como un suspiro.
 
 De cinco minutos.
 
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