Este es el primer poema que escribí (por el que comenzó mi afición de escribir poesía), fue para Fiestas Patrias y fue publicado en una circular en mi colegio. Después de muchos años, mi mamá me lo dio. No sabía que todavía estaba, pero aquí está. Debido al tiempo y a lo que significa el poema, he querido modificarlo. Sin embargo, aquí también adjunto la versión original.
¿Qué significa ser peruano?
Los cantos de la patria resuenan en mis oídos como truenos melodiosos
Los colores de la bandera deleitan a mis ojos como la aurora al amanecer
Los platos peruanos son inconfundibles para mis labios
Y mis brazos me llevan a amar todo lo de aquí.
¿Será tanta la riqueza del Perú?
O es porque soy peruano, hijo de lo andino.
Peruano soy, pero entonces, de repente, no sé quién soy
¿Será acaso que la ignorancia me ha llevado a desconocer mi realidad?
Esclavo seré, entonces, desde la llegada de los hombres blancos
Esclavo de la libertad que quise tener
Esclavo fui ayer por la riqueza que quise poseer
Esclavo soy ahora del poder, de la corrupción.
¿O acaso seré un ladrón?
Robé al Perú su prestigio ante el mundo entero
Arranché del Perú el orgullo de ser lo que es
Y hurté a mi mismo la dignidad de ser nacido en estas tierras.
Pero si tal vez no soy ni esclavo ni ladrón
Entonces, ¿quién soy?
¿Soy el mendigo que anda buscando la identificación
O soy la nada que recorre el mundo sin rumbo alguno?
Entonces, me dejo caer al precipicio para ser la nada
Pero antes levanto la mirada y mis ojos se deleitan
Esta vez no de los colores de la bandera sino de lo que rodea
Toda esa belleza me invade, me presiona, me aterroriza, me llena de gozo.
Desde este momento, el precipicio desaparece
Ahora, me veo rodeado de pura hermosura
Me veo rodeado del Perú, de su magia, de su encanto
De pronto me veo parado, y sin pensarlo, caminando.
Y el significado de ser peruano...
Viene a mi mente lenta pero claramente
Ser peruano es tener la suerte
La suerte de ser hijo de todo esto, tan hermoso, tan grande...
-Julio del 2003-
Los cantos de mi tierra susurran un secreto que guardo.
Los colores serán rojo y blanco, sangre y paz, y serán
sus comidas lo más sublime que toquen mis labios,
mientras mis brazos abracen al Padre Sol en su trono.
¿Será tanto lo que existe en esta patria?
O es porque soy de aquí, hijo de lo andino, del Sol.
Peruano soy, pues, pero entonces no sé quién soy.
¿Será acaso que la ignorancia me quitó los ojos?
Esclavo seré, entonces, desde el arribo de los hombres blancos-
Esclavo de la libertad que quise en vano.
Esclavo fui hace tanto de los tesoros perdidos.
Esclavo soy ahora del poder, de la corrupción.
¿O es que acaso seré ladrón?
Le quité a mi patria, esta patria, su prestigio.
Arranqué de mi hermano el orgullo por su naturaleza.
Y dentro de mí, ya no hay sombra.
Pero si no soy ni esclavo ni ladrón
Entonces… ¿quién soy?
¿Acaso seré el mendigo que espera un nombre?
¿Acaso seré la nada que vaga sin rumbo?
Entonces, me dejo caer en la nostalgia y la melancolía
porque mi destino es ser la nada,
pero mis ojos buscan algo y lo encuentran,
Y toda la belleza me toma, me aterroriza, me basta.
La nostalgia y la melancolía se rinden en la empresa.
Ahora mi mundo es otro o es el que fue siempre.
Sea lo que fuere, se llama Perú, y aquí me encuentro:
envuelto en magia y hechizos que no olvido.
¿Quién soy? Es una pregunta vacía, sin fondo,
como el vaso sin agua abandonado en la cocina,
como las cosas que son y que serán, no como sangre y paz,
sólo como el miserable que una vez fui, y ya no soy.
-Enero del 2006- |