Señor, sé que estás muy acostumbrado a escuchar siempre mis súplicas, mis lamentos y mis quejas. Pero hoy no, hoy lo que quiero es agradecerte porque eres el mejor de mis amigos, mi padre, mi hermano, mi confidente. Eres mi guía y mi luz, mi permanente protector, mi escudo salvador. Gracias a ti me siento segura y capaz de lograr lo que sea, porque me has mostrado el camino, porque me mostraste mis capacidades, por conocerme mejor que yo misma y enseñarme que soy parte de ti.
No puedo dejar de agradecerte por todas las bendiciones que me has dado, todo lo que forma mi existencia y lo mejor que puedo hacer para agradecerte es vivir a plenitud, disfrutar cada día como lo que es, una oportunidad única e irrepetible para ser cada día mejor.
Guerrera incansable, alumna insaciable, lámpara para proyectar tu luz en todo lo que toque. Tu más fiel admiradora, ejemplo vivo de tu amor y tus bondades y por siempre tu eterna enamorada.
Gracias Señor por dejarme encontrarte.
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