Entré en silencio en su vida y en silencio me alejo de ella Poco a poco, pero dolorosamente Mientras mi espíritu se arrincona, en los recuerdos, en la memoria Yo le doy fuerzas, le digo que no es tarde Pero el dolor, su dolor, pesa para estos ojos que sólo lloran para esta alma que sólo añora...
Texto agregado el 20-01-2006, y leído por 274 visitantes. (8 votos)