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Inicio / Cuenteros Locales / Glanton / Colibrí (Cap 1)

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La sonora caricia de sus besos intensifico mi camino, un camino del mal, un camino donde todos los días hay que luchar, pensar y discernir. Es el mejor motivo para vivir mi alma sueña, mi corazón late en la sonora caricia de sus besos. Palabras calladas en el fondo que despiertan interés en la persona viva, no son más que recuerdos lo que se plasma, siendo el sustento cotidiano lo que nos brama el espíritu. ¿Por qué? No se ha creado en mí, un estado de paz, el mismo estado que destruí en brazos de ella. No imagino como acercarme a la raza humana, no se como llegar al fondo de mi ser, no se como amar, no se como amarme si sigo viviendo los fantásticos mundos que cuentan los libros, las películas y los animes, solo para evitarme. Necesito ayuda, soy débil, no puedo afrontar mis miedos, miedos de soledad, soledad que yo mismo he generado por creer que soy fuerte y nada más, importa lo que me gusta, no sentirme cómodo en los gustos de los demás, ser egoísta.

Capitulo 1



H
e acostumbrado ha ir a un café llamado Colibrí, diversos motivos han llevado a mis pies a subir el escalón, que separa la ancha calle de piedra con sus fuentes y bellos rosales en el camellón, sentarme en algún equipal, tejido a mano, y jugar una partida de ajedrez con José Luis, pero en ese día en especial mi amigo reconoció a la hermana de una compañera de su preparatoria, quien de espaldas tomaba tranquilamente un café muy entretenida con sus amigas, toco su hombro en forma de saludo, al no darse cuenta y creer que mi amigo era un demonio salto de su equipal, derramando su café a diestra y siniestra, grito con todo lo que daban sus pulmones.

A pesar de acercar las toallas de papel que pude alcanzar, y controlar mi risa por la escena que acababa de presenciar, noté que el café entero no nos dejaba de mirar durante el tiempo en que mi amigo no dejaba de disculparse, me las presentó, nos sentamos un momento en su mesa de cuero y empezamos a platicar. Sólo fue un instante, que en mi interior aun recuerdo, no sé si fue su aroma o su comportamiento infantil, el que genero en mi mente una tranquilidad que no sentía, lo que me intereso más o su inclinación a la partida que íbamos a comenzar, lo que me hizo invitarlas a participar además de averiguar que por sorprendente que parezca no había sido está cuando la conocí por primera vez nos habíamos visto e incluso platicado varias veces siendo lo mas extraño que pudimos ser buenos amigos de la infancia o al menos diez años atrás, le expliqué los fundamentos de mi estrategia al jugar. Al tomarnos unas tasas de café nos anunciaron que se tenían que retirar, prometimos en vernos la siguiente semana para jugar dominó, nos dimos un beso de despedida.

Al paso de una semana, difícil de soportar debido a los exámenes y a las pocas horas de sueño, olí de nuevo el reconfortante olor del café recién hecho el cual fue interrumpido por un sonido, la mesa en que ya estaba mi amigo riendo y gozando con nuestras antiguas compañeras, que llamo mi atención y me guío, pedí un café y el dominó al mesero, al acomodarme en un cómodo equipal y jugar con mis compañeros, en el deguste de algunos cigarros, se nos paso el tiempo hasta que el reloj marco las 11:00 PM y empezaron a cerrar el lugar, me divertí mucho sin perder la oportunidad de solicitar vernos de nuevo poniendo el lugar donde nos encontraríamos la siguiente semana iríamos esta vez a un billar, nos fuimos con calma en la oscuridad de la noche.

El día de nuestra cita llego de nuevo, la semana fue más dura de lo que había esperado mi mente no dejaba de pensar los pormenores de los estudios que realizaba seguidos por disputas familiares por encima de mi intelecto para darles una solución sólo esperaba ansioso ir a jugar billar para librarme un momento de ellos, al arribar a su puerta intuí que algo iba mal no vi a nadie más, me pregunte que pasaba y si tenia tan mala suerte en el momento en que me llegaba un mensaje diciendo que José Luis tenia que ir a trabajar en esos momentos sin pensar toque la puerta sin mirar que mi fortuna podría cambiar, salió disculpando a su amiga, que no iba ha llegar mientras mis deseos de jugar no se iban deseaba hacer lo que sea pero no regresarme a mi casa y vivir lo de siempre, por lo que le sugerí sí seguíamos el plan trazado salimos de su casa, un par de desconocidos que teníamos más cosas en común de lo que esperábamos, llegamos a nuestro destino donde no solo descubrimos cada uno un buen oponente en el otro si no una serie de eventos que nos habían cruzado nuestras vidas sin darnos cuenta de nuestra existencia, me sentía muy cómodo en su compañía no sabia que pasaría pero si me preguntarán ahora que escribo este relato si me arrepiento de mis actos o si hubiera preferido que no pasaran debido de lo que hoy estoy sintiendo mi respuesta seria “no” me puedo arrepentir algunos actos que cometí cosas que hice por ignorancia o terquedad pero algo que me trajo tanto sufrimiento como felicidad haciéndome sentir impotencia pero al mismo tiempo despertando mis sueños encontrando una fuerza que fluye dentro de mí lo volvería a vivir con gusto por el resto de mi vida, el juego aunque ameno no significo nada platicamos de lo que habíamos vivido, asistido a las mismas fiestas y bodas por caminos separados curioso en una ciudad tan maravillosa y grande que es Guadalajara, con amigos mutuos que anteriormente nos habían contado indirectamente las hazañas del otro. Sin darnos cuenta ya nos conocíamos, los caminos que habíamos tomado aunque diferentes nos llevaron a las mismas convicciones, al salir del billar no teníamos ganas aun de llegar a casa nos propusimos conocernos más. Llegamos aun parque, mientras brindábamos con un par de cervezas, empezó ha hablar incoherencias, me sentía nervioso por lo rápido que pasan las cosas, la abrace y bese, nuestro primer beso sin planearlo sin buscarlo, sólo sentía que no quería que terminara.

Le llame al día siguiente, que importaba ya la escuela, el trabajo, la familia, todo. Me había encontrado a la persona más maravillosa del mundo, encontré en ella todo lo que había soñado, una persona que viera a todas las personas como son, además amable y entretenida. Su sonrisa me cautivo mas cada día que pasaba, nos vimos toda la semana siguiente siendo ese fin de semana cuando nos tomamos de la mano en el momento que decidimos que hacíamos una buena pareja.
















Texto agregado el 20-01-2006, y leído por 113 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
26-01-2006 Buena historia...saludos larus
 
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