Pasos Incorpóreos

Si, era de noche. La llave de la cocina no funcionaba a la perfección por lo que goteaba, siempre. Estaba entreabierta o entrecerrada, bueno cualquier cosa es válida. La llave hacía un molesto ruido que se repetía cada cierto tiempo, era un sonido sordo, un sonido que caía sobre una olla metálica que recibía el líquido dentro de su concavidad, el ruido era escuchado en toda la casa vacía, donde la llave goteando, el viento y las maderas quejumbrosas eran los únicos sonidos audibles, pero a veces, de noche había un sonido de pasos, unos pasos humanos, pasos incorpóreos, pasos que eran de algo que no existía, pero se sabían humanos.
Los habitantes de aquella morada eran en su mayoría seres no- humanos, es decir pequeños animales que veían en ese monumento al abandono humano de una de sus obras como un refugio seguro en la ciudad. Las ratas, los insectos, bichos y toda la camada de cosas reptantes y semi-aéreas que habitaban en el techo, piso, paredes y entretecho.
La luz lunar y el viento a veces venían a hacer compañía a esos seres, y a veces seres humanos pasaban allí la noche, toda la sarta de seres sin hogar, de humanos sin un refugio mejor, cualquier pobre diablo que la sociedad no le proporcionó algo más digno que una casona abandonada. Cabe señalar que otros humanos que pasaban el letargo de una noche allí eran jóvenes ávidos de probar su valentía allí.
Los pasos eran ahora los únicos habitantes, los pasos, los del pie izquierdo y derecho eran escuchados sobre una madera semi-derruida y sobre unos techos a punto de caerse.
El sonido del agua aumentaba de a poco el volumen de la olla, ahora a punto de rebalsarse, esperaba un momento justo para que la primera gota pudiera alcanzar el piso en busca de un lugar más bajo por efecto de la gravedad, por ahora solo estaban en el filo.
Pienso, miro, camino. Actividad cerebral sin tener uno. ¿que soy? No lo se. Camino, medito, aquí, ahora. Soy un caminante. ¿Para que? ¿por que camino tanto, que fin obtengo con caminar con este cuerpo etéreo?. No lo se. Me escucho solamente. Soy solamente un sonido sutil que suena aquí, a lo mejor... Aire. No lo se, la duda me llena. Es difícil decirlo, sentirlo o percibirlo si no estoy como tal, pero solo se que aun “existo” como una entidad, algo que no se puede demostrarse pero sin embargo existe, ¿como dios?. No, no quiero pensar en teología ahora, no vale la pena. Aun poseo mi mente y mis pasos, nada más, eso fue lo que he valorado, he valorado siempre el sonido, la música, mis pasos, el escucharlos, mi mente, mis sentimientos, mi alma, a lo mejor por eso puedo conservarlos aqui. Ahora no tengo manos que expresen mis pensamientos, boca que los diga u ojos que tengan alguna mirada en especial.
No hay nadie más, estoy solo en el mundo, como alguna vez lo desee, ahora es realidad, je. Metáfora perfecta. Ahora no se si mi deseo fue esa, ahora el vació es más grande, y mayor aun cuando se sabe que ese vació realmente existo y soy la concavidad de mi mismo.
Si no tengo cuerpo, soy inmortal, tengo todo el tiempo de todas las épocas, ¿para que lo quiero?, no lo quiero, no lo necesito, a lo mejor solo necesite más tiempo pero mejor vivido... Vida. ¿estoy muerto?... Muerte, que palabra más poderosa, ¿miedo?... Tal vez,. ¿a que? No lo se.
En fin, no quiero ver. Escucho el agua, la veo, como las gotas se estrellan contra su voluntad tal vez en una madera roída por las termitas y derrotada por la lluvia, sonido de madera mojada. No siento el viento, o el agua, o la madera, o nada, Solo lo escucho, eso demuestra lo mucho que valoré y valoro el sonido como tal... Música, si, eso también.
Despierto a la vida. Conclusión: Soy ser audible, lleno de sonidos y que valoro el escuchar como mis pasos se pierden en el viento bajo un sol de medianoche.