Por alguna razón que ignoro,
me pierdo más en la mirada de tu ojo izquierdo que en el derecho,
no, no ofrece más uno que otro,
sencillamente,
el izquierdo me reta constantemente y el derecho es tan dócil que me permite dar el lujo de no verlo,
pero ese izquierdo, me da miedo.
Tu ojo comunista, socialista e izquierdoso me tiene anonadado, abismado y orillado a objetarlo infatigablemente.
Habrás notado que cuando te veo me reservo el derecho de observar aquél.
Vislumbro la ceja despeinada que es marco perfecto para ese ojo rebelde,
me dedico el tiempo entero a convencerlo a él y no a ti.
Las pestañas en perfecto orden,
en contradicción plena con la contumacia e indisciplina de tu testarudo y obcecado ojo zurdo que tanto me dice,
empero, empiezo a tenerle aprecio,
hoy,
me confesó que me quieres,
pero por lo que tu más quieras en este mundo
(seguro no soy yo),
no le digas que ya lo sabes porque tendría que empezar por alguna razón que ignoro…
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