Salido de los matorrales me parece verlo en este instante, una maraña de pelos rojizos en su cabeza, blancuzcos en el vientre y mas oscuros en el lomo y extremidades, una joroba que sobresalia por encima de su cabeza, la mandibula mostrando un par de colmillos amarillentos. La barba pegoteada por cientos de veces haber comido restos de animales que, como al descuido la gente del lugar dejaba abandonados tras sacarles los mejores trozos. Los ojos apenas dejaban adivinar su brillo tras las cejas de unos cuantos centimetros de largo. Las manos largas al igual que sus pies mostraban las grietas del maltrato diario al que su dueño las sometia. Cubria parte de su cuerpo con harapos que desde tiempo atras no despegaba de su piel.
En el pueblo el ambiente no era el mejor. El hijo del hacendado mas poderoso de la zona habia sido encontrado por un vecino, desgarrado en casi toda su humanidad. La cabeza ubicada de costado sobre un picadero de leña con un golpe de hacha en su nacimiento, que la dejo pendiendo de apenas un pellejo. Las extremidades dislocadas hacia los lados como si cuatro tensores las hubieran jalado.
El Chacal. Inmediatamente se dispuso una partida para dar con el. Su guarida, segun lugareños acostumbrados a la caza, se perdia en la espesura del monte que limita con el pueblo. Escopetas, armas cortas, ballestas, cuchillos y perros acompañan a una veintena de morbosos hombres, que desde siempre buscaron una razon para cazar a la criatura del monte.
A la mitad de lo que suponian seria el itinerario diario de la bestia, lo hallaron. Herido de muerte en su costado izquierdo, jadeando profundamente murmuro palabras que solo algunos pudieron entender. Se reunieron, comentaron algo en voz baja y se dispusieron, junto con el resto, a cargar al malherido ser. Llegados al pueblo se presentaron al padre del muchacho asesinado. Uno de los cazadores pregunto a la criatura: -" ¿Este fue el hombre ?"- , a lo que el Chacal asintio con la cabeza. De inmediato se ordeno el arresto del hacendado. Este habia asesinado a su hijo para cobrar una poliza de seguro que correspondia al mismo por su grado de insuficiencia mental.
El Chacal, quien no habia sido otra cosa que un capricho de la naturaleza yacia en medio del gentio que se arremolinaba a su alrededor, otra victima inocente de la miseria humana. |