El la vio por última vez. Sentía que su vida acabaría en ese momento, pero algo le decía que ella voltearía y le diría todo lo que en sus sueños parecía tan real, que lo amaba y que todo lo que había pasado era una treta del destino que se cruzo en sus atribuladas vidas. Pero no fue así, el pensaba que no merecía eso y que el dolor se iría tal como el viento se había llevado las hojas de esa fría tarde de otoño, pero el dolor seguía ahí y la tristeza llenaba por completo su mirada. El se pregunto por que no lo amaba, por que la vida se reía de el en su misma cara. Buscaba respuestas, pero lamentablemente ese día no estaba preparado para conocerlas.