No existía ni el dolor ni las lágrimas, pero tampoco estaban la alegría y el placer... era todo neutro, acoplado, perfecto dentro de su conformidad, tan sublime y eterno frente a los ojos de su padre que hasta el más mínimo suspiro sin previo aviso desequilibraría aquel único universo, aunque todo tenía su razón de ser... Fue entonces cuando un movimiento mal acogido se convirtió en torbellino de ideales y fuerza, ya era demasiado tarde para renovar la balanza... Nuestra noche se convirtió en día y los seres de la oscuridad murieron a manos de la luz resplandeciente... todo se separaba, el desorden reinaba, tratando de inventar piernas para correr o brazos para arrastrarse, lanzando miradas de odio por primera vez, sin saber si quiera qué era eso que nos atrevíamos a sentir...
Entonces, cuando ya el primer ocaso se acercaba, el mundo nuevo ya había nacido completamente, con sentimientos adherentes a la piel y el alma, con dolor y lágrimas, alegría y placer, buscando su razón de ser frente a enormes charcos de sangre, que más tardes se convertirían en mares, ríos y lagos... De la esencia de los que alguna vez fueron sus hermanos, nacieron nuevas criaturas, las cueles serían llevadas, por los pocos seres oscuros vivientes, hasta las profundidades de los mares, que no eran más que coágulos congelados por la venganza y el odio, por eso sus colores luego serían azulados y arremolinados...
Sintiendo el llanto herido de nuestros compañeros que nos rasguñaban el corazón, albergándonos en las profundidades, olvidando la venganza, tan solo olvidando... Los seres que tuvieran indicios de aquellas especies serían asesinados por las manos de sus propios descendientes, y mientras los ilusos creaban casas de oración para aquel que todo le había arruinado al Equilibrio en manos del Caos, nosotros salíamos de nuestras profundidades para refugiarnos en lugares más cálidos...
Vivimos marginados y siempre escondidos, sucios y huyendo con nuestros brazos y piernas de papel... Nuestro máximo pecado fue entonces, haber sido creados, haber sido condenados a vivir sin nuestro lecho y a haber sido seres oscuros, por lo cual nos mataban, creyendo malditas historias que ellos mismos inventaban...
|