Bosques saturdidos del perfume de rosas.
Ligera brisa estival
invadia todo a mi alededor.
El mas hermoso rostro que mil rayos
solares habian creado
con tanta dulsura.
Iluminaba como dos soles
como mil estrellas.
Todo parecia hecho de marfil
y petalos de rosas.

Invadido por una extraña sensacion
tan fascinante.
Tan mia.
¡Me avalleceria
mi natualeza
y mi alma!
Si me abandonaba a ella.
El sodo zumbido de los
bosques de jade
hacian aun mas opesora la calma.

Una intensa fragancia
de lilas y la aun mas delicada
de los agavanzos.
Se deslizo ante mi
con ella una fantastica sombra
de extraodinaria belleza.

Como un hilo azul
poso enfrente de mi.
Tan sublime.

Parecia escucharse
los latidos de mi corazon acelerado.
Con la placidez de un mundo
ella se mostro ante mi.
Un rostro sombrio
mas sublime no hay.
Una sonrisa de placer y una mirada
mortifera me seducia.

Sirena de los bosques
¿Que hechizo lanzaste sobre mi?

Seducido po su voz languida
y aguda.
Cada palabra poseia el ritmo de la musica
pareciendo poseer un lenguaje propio.
Cada instate esparcia
veneno sobre el aire.
Me hacia apasionarme junto con la melodia
de la luna sangria.
Sus labios me invitaban.
Me llamaban.

Sintiose dentro de mi
la necesidad de sus labios,
de su pasion.
Ser ebrio de la sangre
que por su cuerpo corria.

La pasion repentina
que su prescencia
habia producido era el de una tempestad.
Tan solo ella
tan solo yo
sumergidos en el mundo de
Ninfas y hadas.

Estacionados en
medio de la noche
tenebrosa en
la que la Luna
parecia temer
aparecer.

Silvestres se alejaban
mientras ella me
tomaba.

La cantante corrompida
aprisiono mi alma.
Por horas su
rostro se impregno
en mi con
la melodia del
sepulcro,
Pues del infierno
es este amor.

Alrededor del reflejo
de las aguas sombrias
de la Luna
consumimos
este amor
adheridos dormimos
en eterna oscuridad.

Abrasadoras lagrimas
llenaban mis ojos
al luto de la perdida
sepulte este amor
esperando verle a ella
y a mi alma otra vez

Sollozos ahogados
Bajo oscuras formas fantasticas.
Sombas siniestras
se ocultaban
en los acomodados
bosques quedando alli
agazapadas.

Los suspiros
y lamentares del viento
que llegan desde
las colinas vagando
alededor de los aboles.

Temiendo hacer
salir a esa diosa
que enveneno de pasion
mi alma
de su gruta de terciopelo
purpurea infernal
una vez mas.