Ebria de los sangres de los matires.
Esta por subir desde el abismo
hacia su demencia
helada, muerta, vacia.

Engalanada como una novia
para su esposo.
Sus ojos adian como las llamas
de fuego.
Empapada en su propia sangre
su propia venia.
Resplandeciendo con la gloria
de mil angeles.
Semejante a una piedra
peciosa, su fulgor era.
Tan diafana como el mismo
cielo de cristales rotos.

Esperaba el acecho del anochecer.
Para velar mi sueño.
Para llevarme al otro lado.
Cuando cierre mis ojos.
solo respirare su escencia
sembrado en este bosque.

Sin necesidad del Sol o la Luna
para iluminarce
Su beso helado rozo mi cuerpo.
Enjuagando toda lagrima de mis ojos.
Sin mas muerte.
Sin mas llanto, clamor o dolor.

Lo que existia desde el inicio.
Lo que escuche.
Lo que hemos visto con vuestos ojos y palpado.
se lo llevo...

Como la luz
en medio de tinieblas.
Ella miro en mi,
conociendo todo en mi.
guadando mi palabra
mi alma.

Todo era com comienzo
porque las tinieblas se iban apartando
y ella brilla con luz vedadera.
Sin causas de tropiezo
Sin ser cegad
todo en mi era ella.

Sin pudo me moste ante su sepulco.
Mi alma, mi vida.
Mostandome sus sueños,
sus fantasias.
Mostandome su singular amor,
su sublime belleza.

Con una promesa
de cielos nuevos
y tierra nueva
de su sepulcro
ella renace...

Tan sola, tan abandonada.
Maldecida por su ardiente cariño.
Desecha por el fuego del
olvido con todo lo que encierra.

Y aun asi ella espero el dia
en que los cielos
incendiados se disolveran
y el necta envenenado de este amor
recorra con paciencia en esta alma
con la esperanza de una vida nueva
junto a ella.