A veces no entiendo a la gente. Ni a mi misma, vale decir.
Cómo el amor nos reduce a un manojo de emociones idiotas y a un estado de vulnerabilidad tan grande. Cómo nos lleva a límites insospechados por un simple "te amo". Cómo estamos dispuestos a dejarlo todo por una caricia, por una noche, por una mirada.
Cuando estamos en pareja la idea es soportable y hasta podemos decir que tiene un lindo beneficio atrás. Daría mi vida por la sonrisa de mi niño. Y es lo que más me hace feliz.
Hoy estoy feliz. Amo a alguien más de lo que él se podía imaginar que yo lo iba a amar. Y, a pesar de todo, sé que él me ama.
Nos arriesgamos mucho los dos, porque cuando nos conocimos cada uno tenía su historia complicada e inconclusa, y sin embargo, las cosas no salieron del todo mal.
Pero hay historias que no tienen final feliz. Y sencillamente el amor me sorprende y me entristece a cada paso.
Gente que destruye su vida, que ama locamente pero sin la menor oportunidad, gente que, aún sabiendo el/la hijo/a de puta que tiene enfrente, da todo por esa persona. Gente que no se merece un amor tan puro... gente que da el alma y es humnillada.
Es entonces cuando no entiendo al amor. Es el sentimiento más puro, más noble, más grande... pero cómo puede ser así de manoseado, de escupido, de odiado.
¿No sería mucho más fácil si la gente simplemente fuera sincera con lo que siente y quiere?
Relaciones mantenidas por años, con el vínculo completamente quebrado porque se ama de un sólo lado. Relaciones ficticias, amores prohibidos, por cuestiones humanas, sociales, estúpidas.
Y ese sentimiento, el más preciado, el más hermoso, el más puro, siempre es el más maltratado.
Por qué damos el alma por lo que amamos. Por qué amamos así. Por qué, incluso después de sufrir grandes decepciones, volvemos a creer en el amor.
Ese sentimiento nos vuelve estúpidos...
Ese sentimiento nos vuelve cobardes muchas veces...
Nos hace callar... o hablar demás...
Nos hace aguantar las humillaciones...
Nos hace sufrir...
Ese sentimiento que nos vuelve nada....
Es lo que nos hace humanos...
Estúpido, pero humano al fin...
Todavía no perdí las esperanzas...
Creo en él, creo en el amor... ciega, tonta, ilusa... Creo... y no voy a dejar de creer jamás. Porque es el motor de nuestras vidas, aunque nos vuelva un manojo de emociones idiotas y a un estado de vulnerabilidad tan grande.
|