Qué difícil se hace enfrentar la hoja en blanco otra vez...
¿Qué decir cuando el vacío es inmenso, cuando el vacío es el TODO? ¿Cómo seguir si el alma pide que todo termine y el corazón ruega dejar de sentir? La nada se adueña del mismísimo dolor... La tristeza ya no existe, ni las lágrimas, ni las sonrisas, ni los abrazos, ni vos, ni yo...
El egoísmo también desapareció. La busqueda se detuvo (pero no termina). En mis ojos cerrados recuerdo tu mirada, que ya no existe para mí. Un suspiro. Veo tus manos. Otra vez el vacío...
No queda nada y busco reconstruir... Que vuelva a nacer la que fui y que muera el pasado. ¡Qué contradicción! Que mueran nuestros recuerdos pero no la ilusión.
De esta historia no queda nada, ni una sonrisa, ni una esperanza, ni un ADIÓS... Un corazón hecho añicos busca "aceptar", elige seguir buscando, construyendo, creando, latiendo...
El pasado terminó hace instantes y continua terminando a cada paso. El presente es intangible. El futuro... ¡Lo sigo esperando!
Quiero volver a ser yo en el mañana. Busco amarte en el pasado, admirarte en el presente, y que el futuro nos encuentre... Simplemente: "nos encuentre"...