Había muerto en vida, para algunos esa era la explicación mas lógica, murió el día en el que su alma gemela partió hacia el mas allá, a partir de entonces se vio sumida en un profundo estado de tristeza, del cual jamás podría salir. A su alrededor aun tenia amuchas personas amadas que intentaban consolarla, pero todo era en vano, ya nada podían hacer por ella.
“El tiempo cura todas las heridas” mentira, para Diana eso era mentira, su herida nunca sanaría, siempre estaría ahí sin cicatrizar, causándole tanto dolor hasta que llegara el final de sus días. Siempre evitaba la compañía de cualquier persona, solo la soledad parecía hacerla sentir un poco mejor, es como si estando sola pudiera hacer que regresara la parte de ella que se encontraba muerta, siempre rechazaba a cualquier persona que le ofreciera su compañía, así continuo casi toda su vida hasta que tuvo la necesidad de que alguien cuidara de ella debido a su avanzado estado de vejez. Había contratado a un joven estudiante de enfermería para llevar a cabo dicha acción, impulsada por un presentimiento de su corazón, no lo sabia, pero sentía que algo especial pararía cuando se encontrara con aquel joven, pero Diana recibió otra visita antes de que el joven llegara, lo que tanto había buscado toda su vida finalmente había llegado, se encontraba muy feliz pues por fin podría estar con Roberto una vez mas, pero Roberto no se encontraba ahí, y entonces supo que lo que presentía era verdad, pero ya no quedaba tiempo, tomo en papel y un lápiz y escribió con lo ultimo que le quedaba de fuerza, después dio un gran respiro y abandono el mundo de los vivos.
Poco después llegaba a la casa de Diana un joven, encontró la puerta abierta, así que entro a la casa, solo para encontrarse con la triste imagen de una anciana muerta, vio la nota que había escrito y rompió en llanto, su presentimiento había sido correcto, esa tarde finalmente se reuniría con su alma gemela, no podía soportar tanta tristeza y un ruido lo torturaba en su cabeza, se trataba de la voz de su amada que le decía el mensaje que la anciana le había escrito: “ Te amare por siempre, en otra vida será”.