Tengo pulgas en la oreja que me gritan,
Bailando entre saltos y saludes se caen,
Se corren un poco y me hacen cosquillas.
Todas vienen de un sucio lugar, me asustan.
Entonces fue cuando enterre el cuchillo...
No tan rapido para no perturbarlas,
Nunca podria ser tan mala persona.
Desde otra perspectiva quizas es distinto.
No las escuche por unos cuantos minutos,
Tal vez ya entraron a mi cabeza,
y dejaron de zapatear en la fria entrada.
Entonces fue cuando retire el cuchillo...
Dos, cuatro, ocho, ochenta pares...mas pares!!
De estupefactos terrores disfrazados de miradas,
Me miraban a los ojos...no a las orejas.
Al final mis ojos no tienen nada que ver con esto.
Un par se acerca y me quita el cuchillo,
Le digo que por favor lo haga suavemente,
y que no me toque las orejas, por las pulgas.
Entonces fue cuando oi a una llorar.
Al principio fue un suave gemido...tierno
Despues otros se sumaron al primero,
En minutos mis orejas rebosaban con alaridos.
Era mi familia, mis amigos...pulgas ya no habian.
Me senti abandonado y engañado; triste.
el dolor ya comenzaba a sentirse en mi pecho.
En el cuchillo, mi reflejo opacado por mi sangre,
Que brotaba desde mi hacia el suelo...
Mi ultimo minuto, sin ultimas palabras.
Sin despedidas ni abrazos, sin rencores.
Abajo, un pequeño oceano de mi ser surgia.
Donde lo ultimo que pude ver fue una pulga.
|