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Vivía para morir. Cada paso que daba era para cumplir su objetivo final: la vida eterna junto a Dios, alabanzas, gloria, placer esquivado en años de sufrimiento, expiación y entrega; su mirada se encontraría con la imagen del omnipotente, felicidad… Felicidad que muy pocas veces había tenido. Era lo que deseaba con todas sus fuerzas, quería que se le arrancará la vida en un instante. Se había dedicado a difundir su palabra durante décadas. “Sólo es un pequeño sacrificio, para la felicidad eterna junto a Dios”, decía muchas veces cuando salía de casa para cumplir con su labor de misionero.

Su muerte llegó como la de cualquier otro hombre viajero, murió de una extraña enfermedad contraída en una isla del Caribe. Aún así, después de muerto, su cara parecía sonreír a pesar de la rigidez de su cuerpo. Era la recompensa que había esperado. Su alma se separó de su cuerpo y empezó a ascender vertiginosamente, movida con gran fuerza. Dejo fluir las energías a su alrededor, cerro sus “ojos” y sintió la majestuosa paz que lo esperaba, cada vez más cerca de la luz eterna. Al abrirlos, una oscuridad escalofriante lo rodeaba, la paz desapareció, la energía ascendente que fluía, invirtió su sentido, y con un golpe casi huracanado, lo envió a las profundidades. Quizá el infierno, el averno, el tártaro, los aposentos de Belcebú o como quisieran llamarle. Cayo profundamente en el miedo, la duda y desesperación. Rompió el silencio reinante con fuerte llanto. Sintió su pequeño cuerpo, húmedo y ensangrentado, trato de huir, pero estaba atado. No sabía como salir, gritaba, aullaba, era como si lo hubieran amarrado de pies y manos a una cruz. Su cabeza giró, le dolían los ojos, no podía ver bien, y con gran sorpresa siente la mirada de otro ser, siente su amor infinito en los ojos de aquella extraña, amor, amor puro. Ahora era abrazado por ella, que con la más tierna voz le susurro: “te quiero”, él se estremeció y con su mente en blanco, no tuvo otra opción que repetir en su mente “madre”.

Texto agregado el 16-01-2006, y leído por 188 visitantes. (0 votos)


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