Recuerdos de una niñez casi olvidada donde suavemente una caricia recordada hace valer mil palabras, en donde el abrazo de una madre dejada en el recuerdo menos visto puede llegar a ser, tu tristeza mas grande.-
Y todo porque nunca quisiste comprender cuanta falta te hacia sentir una caricia, un abrazo o simplemente sentir la voz de la mujer que te crió. Nunca mas pudiste recordar aquella expresión en su rostro o los ojos con los cual te miraba, aquel pelo olvidado y maltratado por no tener casi tiempo de arreglarlo, y todo... todo porque siempre estaba ahí por cualquier motivo o razón, metida en tu vida para que tengas lo mejor.-
Si, a ella... a ella olvide sin problema alguno, sin temor a las consecuencias del olvido, y por mas que quisiera recordarla, ella ya estaba perdida.
Nunca pensé, nunca actué, y sobre todas las cosas nunca la recordé de la forma que había que hacerlo. Siempre que escuchaba hablar de ella, mis oídos se tapaban de un odio empedernido cuando su nombre se me era mencionado, un escalofrió recorría todo mi cuerpo, haciéndome temblar por el vació que su nombre hacia en mí.
Y ahora dándome cuenta de todo esto quiero disculparme, pero no puedo, ya es demasiado tarde porque ella ya no esta entre los vivos, partió a un viaje sin retorno alguno. Y yo simplemente me repito, fui un tonto desde el principio, al no decirle nunca al oído lo mucho que la extrañaba, cuanto la quería, o simplemente haberle dado las gracias por crear a este chico...-
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