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LAS ESPORAS DEL ESPACIO

Al principio nadie les prestó atención. Después de todo, qué importancia podían tener unos cuantos copos que parecían capullos blancos de algodón o semillas voladoras posiblemente desprendidas de algún árbol en un parque cercano?

No fue sino hasta el segundo día que se dieron cuenta que al estrellarse contra las ventanas de los edificios dejaban escapar una especie de sudor rojo parecido a la sangre. Un reportero novato que hacía una pasantía en un periódico local escribió una nota marginal en la edición de la tarde, la cual de seguro fue leída por muy pocas personas. Quizá por ninguna, en realidad. Pero al amanecer del tercer día, aquellas blancas y extrañas esferas esponjosas comenzaron a caer en cantidades mayores, danzando suavemente mientras descendían. Y fue hasta entonces que la gente comenzó a preguntarse qué eran esas extrañas cosas que caían del cielo.

A la salida de clases, los escolares las recogían, las soplaban o escribían con ellas graffitis rojos en los muros de las casas. Cuando las calles y los jardines casi se cubrieron de las pequeñas esponjas, la curiosidad de la gente dio paso a la preocupación. Los transeúntes las hacían explotar al caminar y el líquido rojo se pegaba a sus zapatos marcando sus pisadas en el pavimento por un largo trecho.

Los rotativos ya no se limitaron a publicar la nota de un principiante sino que destacaron el fenómeno en primera página, sobre todo al conocerse que “las esporas del espacio” como comenzaron a llamarlas caían sobre una vasta extensión del país y cada vez en mayor cantidad. En las páginas centrales, el Instituto de Ciencias publicó un comunicado en el que llamaba a la población a mantener la calma, pues, aunque no se sabía la procedencia de aquellas cosas, su materia era de origen orgánico, sin ningún componente tóxico. En otras palabras, las esferas no pasaban de ser una curiosidad, molesta si se quiere, pero absolutamente inofensivas. Incluso algunas empresas fabricantes de pintura comenzaron a experimentar sus posibilidades colorantes.

No faltó alguien de la radio que tomando el asunto a broma proclamó que se trataba de un efecto de la globalización que había llegado hasta Marte y que ante la alarmante subida de los precios, los marcianos nos mandaban maná rojo, en un arranque de solidaria generosidad muy propia de ellos.

Quienes no se lo tomaban tan a la ligera eran los servicios de limpieza de la ciudad pues sus recursos estaban perdiendo la batalla frente a la enorme cantidad de bellotas esponjadas que cubrían las calles. Pronto se involucró el ejército y la aviación buscando la procedencia de aquellas cosas, pero éstas siempre parecían venir de más allá, de más arriba, de más lugares, en una danza suave que no implicaba amenaza evidente y que al parecer no tenía ningún propósito.

Fue hasta la segunda semana que la amenaza comenzó a percibirse en forma alarmante, pues para entonces las esporas blancas cubrían calles, tejados, azoteas, parques, jardines y estadios como una nevada fuera de estación que ya alcanzaba varios metros. Sobre todo porque el calor del sol, que antes no las afectaba, comenzó a rajarlas por medio y el líquido comenzó a teñir de rojo todo resquicio de la ciudad. Incluso el río corría ahora teñido de sangre.

Las centrales telefónicas de las estaciones de policía, de los bomberos, de los periódicos, de los hospitales y hasta de las iglesias no daban abasto a las llamadas y la extrañeza de los primeros días dio paso en la gente al temor y luego a un pánico cargado de histerismo y agitación.

Para aumentar la incertidumbre, la perplejidad y el espanto, la gente conoció por los noticieros que la situación se repetía en todos los países y la televisión difundía con detalles la noticia en la mayoría de idiomas conocidos.

-Qué demonios es esto – se preguntaban- por qué las autoridades no hacen algo? Por qué no dicen nada?

Las autoridades sabían tanto como cualquiera, hacían breves apariciones por televisión, en la que llamaban a la población a mantener la calma. Explicaban –explicaban?- que desconocían la procedencia de las esporas, pero que no eran venenosas, cosa que la gente ya sabía, que eran materia orgánica inofensiva… semillas de algo… talvez.

Pero aquellos comunicados que no comunicaban nada, lejos de calmar los ánimos de las personas les llenaban de más angustia y al final de una ira más roja y violenta que el líquido de aquellas cosas. Ahora, los bordes de las avenidas eran correntadas de líquido rojo que los tragantes y las alcantarillas no alcanzaban a evacuar y que al final comenzaron a arrastrar los autos y a inundar los primeros pisos de los edificios. Pronto las casas de perfil bajo fueron cubiertas y la gente comenzó a morir. El horror era generalizado y como sucede en estos casos, al miedo le siguió una violencia cruel y masiva pues los alimentos escaseaban, el agua había que tomarla teñida de rojo y la limpieza era casi imposible.

Pasaron los días, los gobiernos de los países se culpaban unos a otros amenazándose con represalias extraordinarias, pero indiferente y al margen de la humana insensatez, las blancas semillas voladoras continuaban cayendo con su cargamento escarlata y el nivel del líquido elemento continuaba creciendo. Y creciendo. Y la gente y los animales morían en cantidades cada vez más aterradoras. La tecnología servía de poco pues el carburante de las naves se agotaba y al final sucumbían.

**********

Cuando incluso los montes fueron cubiertos y al día cuadragésimo el sol salió iluminando un inmenso océano rojo con bellísimos destellos dorados, solo se vio algo que flotaba, una especie de arca de madera que se dirigía a ninguna parte…

Texto agregado el 16-01-2006, y leído por 414 visitantes. (23 votos)


Lectores Opinan
07-02-2006 Excelente! honeyrocio
07-02-2006 Excelente narración. Tus textos son de lo mejor, eres definitivamente uno de los pocos cuenteros que además de tener las ganas e ideas las sabe expresar a la perfección. Saludos. 5***** _-Lidwine_Adelaide-_
05-02-2006 Uff, qué texto más inquietante. Creas un ambiente que propicia el seguir leyendo hasta el final y aunque no explicas que son esas "esporas" no deja sensacón de incompleto con ese texto final tan bello. Enhorabuena! Mis estrellas. Efecto_Placebo
05-02-2006 Me ha gustado porque siento reflejado en este texto muchas realidades actuales que bien podrían ocurrir en cualquier país del mundo. No se reacciona, lo que no vende no vale, los políticos inmersos en sus mítines a veces pasan por meros espectadores de la realidad. Y asi, sin saber muy bien cómo, la cosa sigue y sigue, y toma tintes dramáticos porque ya es tarde, no hay solución. Enhorabuena por este trabajo, me gusta tu forma de escribir. claraluz
04-02-2006 serán acaso mis hormigas las que viajan ahi?? carlugademanjar
04-02-2006 es como un texto biblico del apocalipsis!! yo creo que esas esporas, andan por ahi, pero no nos tiñen precisamente de rojo. es algo un poco mas invisible. bueno, asi es la globalización, aun no se, buena o mala, en fin. hay que tener cuidado con la especie humana, pues está bastante corrompida. me ha gustado, me gusta el fatalismo, me pregunto que habia en esa barca!?? no creo que haya sido noe jaja. besos. carlugademanjar
03-02-2006 Muy bueno! peinpot
25-01-2006 Hay una marea invisible -a nuestros ojos- de sangre inocente que las guerras y la violencia sin sentido aumentan diariamente. Y el monte Ararat ya no puede cobijar ningún arca porque fue demolido para rellenar el vacío dejado por los misiles. Mis *s rumel
24-01-2006 Que maravilloso cuento, Zepol!! Me encantó. Comienzas de a poco, como contando algo sin importancia, y vas subiendo el tono hasta llegar a la catástrofe final. Mis 5 estrellas. loretopaz
22-01-2006 En verdad, es tremendamente simbólico respecto al ser humano y su autodestrucción. El relato para mí, está pleno de una belleza melancólica, lindante con la poesía. Curiosamente [o no tan curiosamente], en cierto lugar de India desde hace muy poco tiempo y actualmente acá donde vivo, comenzaron a caer esferas doradas en determinados lugares de encuentro espiritual. Incluso se las fotografiò y son bellísimas, al registrarlas mejor con las cámaras se puede vislumbrar como registros o rastros extraños, o sea que no está vacías ni mucho menos. Aún se ignora el motivo de las mismas. !O.k., bien hecho Zepol! MujerDiosa
20-01-2006 Me desconcertó el final. No sé cuál es el sentido que quisiste darle con el arca flotando en las aguas rojas. Quiero interpretar que no fue con un sentido de condena, de venganza, de castigo... sino con la visión de una consecuencia dramática por la imprevisión del hombre, el abuso del hombre, la inercia del hombre. En general, porque hay minorías que obran al contrario. Excelente cuento. Un abrazo * neus_de_juan
20-01-2006 Te doy mi primera impresión: Creas incertidumbre, pero creo que el origen del narrador puede ser mejor trabajado. No me gusta ese narrador omnisciente en este relato, o quizás lo haría si él no se quedara en detalles como "el periodista". Ese tipo de hechos dan para un texto más largo. Como Saramago en "Ensayo sobre la ceguera", esto podría ser más extenso. Te adentras en los detalles para luego sintetizar una idea en 1 párrafo. Eso me causó confusión. Aunque mi curiosidad no desapareció. Bien. Y el final, me sorprendió, pero no me agradó del todo. La verdad, espero una historia en la cual predeciblemente se intenta agarrar al lector de sus ojos para luego llevarlo a un final revelador ( lo es en tu caso), pero a veces espero algo más inesperado, darle la vuelta de la vuelta al asunto. O sea, finalmente era algo inofensivo, que carecía de preocupación alguna para los humanos. Y haciendo inca pié para algo quizás más reflexivo que es que el humano busca el conflicto en las cosas y donde no lo encuentra, lo obvia. Me gustó, pero siento que la idea se puede desarrollar más. ( como siempre ). Syneidesis
20-01-2006 está cubierto de imágenes buenísimas. El silencio y la lentitud como forma de amenaza logra su cometido. Una barca simbólica para un hecho simbólico. Muy bien contado. Aristidemo
19-01-2006 (me refería a las :" ***** " estrellas.../algo ahí como que no sonó muy bien..no?) galabriela
19-01-2006 Esa mente tuya es un campo de recreo 24/7 y con horas extras además! Ya decía Zepol que esto de la gripe de las aves a la que le temen tanto los gringos ahora, no iba a ser más que un poco de bulla...el verdadero peligro será cuando las primeras esporas espaciales comiencen a caer...auch! ******************* <--(que caigan como inundación espacial de esporas sobre tus líneas siempre! galabriela
19-01-2006 Me ha gustado mucho. Mildemonios
19-01-2006 Maravillosa narración, el tema me gustó, además tiene una redacción y puntuación te diría perfectas, felicitaciones y estrellas india
19-01-2006 ha un final muy abierto. (La "h" del mensaje anterior la debe de haber cubierto unas cuantas esporas del espacio ya que al releer el anterior mensaje no apareció, lo que me parece rara es que el espacio que debió de ocupar no esté teñido de rojo) Un saludo de sol-o-luna
19-01-2006 El relato es bueno y está muy bien narrado, el texto nos ha conducido a un final muy abierto, quizá (Y sólo digo quizá) Podías haberle sacado más partido a esta brillante idea. Me ha gustado leerlo. Un saludo de sol-o-luna
19-01-2006 simplemente gracias amigo zepol, caballero zepol, mas alla de tu forma espectacular de escribir, eres un hombre que me halaga conocer, besos***** monica-escritora-erotica
18-01-2006 Qué bueno! Aunque me he separado del cristianismo, -y quizás por pecadores como yo recibiríamos ese castigo que describes magistralmente, jajaja-, es una historia estupenda. Me ha encantado. Un abrazo Ikalinen
18-01-2006 Bueno, profundo, para pensar ... 5* olivianewton
18-01-2006 jejeje, solo te falto mencionar que el arca tenia cohetes propulsores y que el 6 de junio del 2006 es el fin del mundo... muy buen cuento, mucha imaginacion mi estimado zepol... se lo vive como si uno estuviera alli. EnOff
17-01-2006 que bueno!!!! Soy_Naixem
17-01-2006 Esta muy bueno! Te atrapa! mis 5 estrellas ;) vacya
17-01-2006 dios ...q buen texto mis 5* sinceras monilili
16-01-2006 me gusta5* GEHENA
16-01-2006 Narrar es un arte que comenzó siendo oral. Por eso prefiero las narraciones sueltas, en un lenguaje muy sencillo y con pocos elementos de ficción. Sin embargo encuentro aquí mucha creatividad y eso lo justifica. La originalidad siempre ha merecido mi respeto. El final cojea, demasiado apoteósico para el ritmo que venía en la narración. Buen trabajo. 5* Carmen_Vos
16-01-2006 Bien. Una nueva vision del diluvio universal. Cuento fácil de leer con un toque de humor negro. Idea original. Que aunque el final es explosivo, lo anterior no desmerece en absoluto. Mis felicitaciones por tan agradable relato, que se me hizo corto.*****. kasiquenoquiero
16-01-2006 ¿Es-por-apocalíptico mandato que escribiste este cuento? Está muy bueno, eh? rabdomancia
16-01-2006 Muy original, muy tuyo reflejando talento y despertando la curiosidad para seguir hasta saber qué es lo que está pasando en tu narració. Excelente. pedropensador
16-01-2006 Siniestras esporas, hambrientas de sangre, más un retorno al comienzo incierto, encierra una esperanza? Esa barca.Fantástico, tu relato.Graciela. Luna-Nueva
16-01-2006 Que extraño tu texto, me parecio haberlo leido antes, un apocalipsis pintado de rojo. Me falta un poco de fuerza al final, pero esta muy bien narrado. como todo lo tuyo. Un saludo Renne
16-01-2006 Excelente. Me gustó que ante lo desconocido actuamos con terror y faltos de unidad. El final es genial y si, las personas humildes son las que mueren primero. Bien ganadas 5*. rafudo_
 
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