A veces, quien sabe, aprenderé a abandonar estas cosas, este aroma, el maldito calor de los dedos por hacer esto, escribir un poco, a veces, escribir un poco mas, quien sabe, hasta un par de insolencias. Muchas veces es culpa mía, a veces de mis amigos, de esos que andan por las goteras, gozando de lo que cae... esos amigos que tienes, esos que te muerden,.. amigos de esos pocos, de esos que hieren, pero no de lo maligno, sino del propio dolor que provoca el saber que pueden ser heridos.
Otras, que no son pocas, caigo en el desorden e imvolucro todo, cosas de por allá, otras muy apegadas, casi asfixiantes, se van mezclando entre todas, las pasadas, las futuras y las muy futuras, atadas con un metal llamado presente. Todo se va a una trituradora, lo toma todo, lo mezcla con las malditas melodias que sucumben en mi cabeza, todo el día, todo el maldito día apreciando el pulso de mi sangre, las miradas callejeras, los colores callejeros, los pocos tonos claros que quedan entre la ciudad, las luces reflejadas y las apagadas, todo se mezcla sin un fin claro. Y pasa a una directa maquinita que suena y suena, mis dedos tibios aun siguen ahi, esperando escribirte, o escribirles, a veces escribo, a veces dejo escribir, todos dejamos de escribir, todos dejamos todo esto, mezclado con tiempo, musica, imagenes, recuerdos, paginas, tortas, y muchos números.
Ahora puedo escapar, a estas alturas por fin, esconderme bajo el eclipse, tratar de ver por detrás toda la verdad escondida, todo lo creado y lo aniquilado, puedo escapar por una ventana, o puedo escapar de una prisión, la mas pequeña que conosco, las mas necesitada por todos, la cabeza plantada sobre la tierra, siendo su manera mas simple y no menos preciada, escapar por el aire, alojandome en el aire, queriendo hacer que los huesitos se dejen caer suave sobre la arena, escribiendo marcas y letras tontas, sin dejar puntos ni las estupidas comas, dejando una sola cosa clara, todo puede ser leído desde mas arriba. |