Pasaron muchas noches antes de que él se atreviera a tocar y lo mismo le pasaba a ella pasearon toda la noche por la plaza, ubicaron las escaleras y le enseño la belleza de un lugar que sabían que existía pero no donde estaba, tuvo la delicadeza de acompañarla por la calle con sus manos jugaron solo sus dedos meñiques tocaron como pidiéndose algo, entrelazándose y soltándose se acarician y se van.
Se miran y a ella le gusta ver sus ojos.
La llevo hasta la puerta de su habitación, por un instante se atrevió a robarle un beso, ella alcanzo su cartera, como niña que hace trampa corrió tras ella, entre la cama y sin tener lugar para una huida furtiva brinca sobre la cama ella le avienta una almohada para safarse de la pesquisa regresan entre juego y juego él sujeta sus muñecas y en cuestión de segundos le arranca uno de muchos besos, le toma la barbilla y ella responde el beso solito y limpio, pasa sus manos por su cabello y se siente bien morder sus labios entre el trato de niña y su lección para desabotonarle la camisa, él le marcaba botón por botón, se sentaron de frente, en la cama, él temblaba de chocar sus nervios al chocar con el pantalón y la boca de ella susurrando, el acuerdo que indicaba que siguiera su camino, estaba ruborizada y no encontraban en las manos de él, la forma de desabrochar las complicaciones femeninas sin nervios y sin las prisa de él que llenaban su cuerpo, se acerco a él y al oído le explico que era el broche al frente.
Entre besos y lamentos le safó los lentes y sentían mariposas en la barriga despacio y rápido, violento y tranquilo con bromas y risas se quedo toda la noche con ella casi le contó los lunares del cuerpo logro recargar su cabeza en la espalda para escucharle los latidos del corazón.
Al día siguiente pelearon por el baño, compartieron el cigarro de la mañana que no le molesto dárselo al contrario buscaba mas, la ayudo con la ropa, después de creer que habían hecho el amor se vieron a lo0s ojos y la llevo a la parada del autobús, pensando en la manera de decirle adiós.
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