El juego de la sombra que se instala a convertir la risa en llanto amargo, me llama y participo de su gala dejándome en la abulia y el letargo. Los golpes en la vieja sangre enferma aturden la pasión del recorrido, agujas son e impiden que me duerma a causa de mi herida por caído. Se instala el turbio juego de la sombra y comienza el proceso reversible, la involución del alma prisionera. Las pastillas tiradas en la alfombra escudan la visión de lo imposible y dejan mi razón puertas afuera.
Texto agregado el 15-01-2006, y leído por 206 visitantes. (1 voto)