LA GRUTA
Es viernes y llueve melancólicamente. El asfalto brilla con rabia noctámbula. Los pasos avanzan sin rumbo fijo, una lluvia pertinaz acompaña los rieles rotos por tantos trayectos devorados. La noche envuelve con su deliciosa fragancia mi cerebro, el cual disfruta plácidamente de la avenida del diablo que oferta etílicas rumbas provistas de múltiples metáforas urbanas de goce, de soledades irresueltas y desencuentros gélidos en esta temporada frenética de sentidos desordenados por tanta ganya opiácea de lecturas malditas en este año capicúa. La avenida sexta gira a la derecha. Se siente con el desplazamiento forzoso de los artesanos a otras aceras. Voz en segundo plano de una grabadora punketa que se acerca: Mucha policía poca diversión un error un error mucha policía poca diversión represión represión. El asfalto clama poesía en este calabozo de ilusiones dionisiacas denominado Cali.
Texto agregado el 15-01-2006, y leído por 118
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Lectores Opinan
23-05-2006
Timo, gran cuento, en voz del autor original no deslumbra, fue sabio al pasarlo a un gran narrador... Xue
18-01-2006
"El asfalto clama poesía en este calabozo de ilusiones dionisiacas denominado Cali.".. ouch.. nos e que decir.. aunque todo el que vive en cali sabe que la gruta es la mezcla de mucho y de poco a la vez.. ahi solo podemos encontrar almas rebeldes y oscuras que buscan a gritos un poco de atencion... almana