La Búsqueda del CRISTAL

Hace ya mucho tiempo, en un antiguo reino, llamado Lunovam, vivía un joven llamado Zidane, con cabello castaño, piel blanca, ojos pardos y de cuerpo atlético.
Aquí Antarglont, el Rey del Mal junto a sus criaturas de la oscuridad gobernaban cruelmente. Obligaban a pequeños niños a realizar trabajos forzados, asesinaban personas por placer, y otras cosas por el estilo.
Zidane, vivía con su madre, puesto que su padre había muerto en la lucha por la paz y la armonía del reino contra Antarglont.
Cierto día, Antarglont mandó a llamar a Zidane para asesinarlo. Antarglont no era el Rey del Mal por nada, él alcanzó a dominar el arte de la oscuridad gracias a su codicia y maldad que lo dominaban.
El joven llegó con su madre.
Cuando Antarglont alzó la mano para lanzar un hechizo mortal hacia el muchacho, su madre gritó:
-¡No!- y se interpuso ante Zidane haciendo que el rayo impactara contra ella.
El joven al ver morir a su única familia, salió de allí y escapó del reino hacia un bosque.
Zidane, contenido por su tristeza y búsqueda de venganza, comenzó a correr y a adentrarse en el bosque. Tropezó con una piedra, y cayó frente a una enorme cueva.
Se hacía de noche, y necesitaba refugio. Entró en la cueva y se encontró con un señor de apariencia centenaria, el cual lo guió hasta el final de la cueva sin hablarle.
En las paredes había escrituras, fórmulas y sobre todo gráficos.
-¿Qué es eso?- Preguntó Zidane, al ver un gran cristal en el centro, que resaltaba de los demás dibujos.
- Es el “Cristal del Poder Absoluto”- dijo el anciano.- Éste tiene un gran poder contenido y podría hacer que el que lo posea, tuviera el poder de vencerlo todo, como las fuerzas de la oscuridad; o brindarlo todo, como la Paz y Armonía a un reino.
Zidane se dio vuelta para preguntarle en donde se encontraba dicho cristal, pero el anciano ya no estaba ahí, había desaparecido. Zidane cayó de repente al suelo, y quedó dormido.
Al despertar al día siguiente, pensó que todo había sido un sueño. Pero al encontrarse con un mapa, un libro, y las escrituras en la pared, reconoció que no lo había soñado.
El mapa estaba incompleto, y Zidane sospechó que era el camino hacia el Cristal. El libro, era algo grande, y según su apariencia, muy viejo. Hechicería, era el título. Lo abrió y encontró una nota que decía:

“El mapa está incompleto, pero si tienes el suficiente valor como para continuarlo, encontrarás un gran sabio, quien te dirá lo que falta. El libro te servirá de mucha ayuda para poder defenderte por tu cuenta de las criaturas de la oscuridad.”
Se quedó tres días allí practicando conjuros, como levitación de objetos, inmovilización, ceguera, y otros.
Al salir de la cueva, emprendió el viaje hacia el Cristal.
En el medio del bosque, se encontró con cuatro hambrientos Goblins. Baja estatura, cubiertos de pelo y con cabeza, brazos y piernas pequeñas; eran las características de estas criaturas de la oscuridad. Uno de los cuatro, un Chamán, y los restantes, guerreros.
Entonces se armó la batalla.
Zidane, hizo flotar una enorme roca en el aire, y aplastó a un Goblin Guerrero.
-Uno menos, quedan tres- dijo el aprendiz de Hechicería.
Al segundo, lanzó un conjuro de inmovilidad, tomó su arma, y lo eliminó con ésta.
Quedaban un Chamán y un Guerrero. Con éste último, usó la ceguera, esquivó su ataque, lo tomó del pie y por su poco peso pudo lanzarlo hacia una roca puntiaguda.
El goblin restante, al ver muertos a sus compañeros, se lanzó hacia el joven.
Zidane trató de defenderse, pero como éste era Chamán, era invulnerable a la magia.
El chamán, levantando su mano hizo volar y chocar al muchacho contra el tronco de un árbol. Zidane, ya sin fuerzas, dijo:
-Creo que no podré devolver la paz al reino…
De pronto, un paladín montado en su caballo, asesinó desde atrás, cortando la cabeza del goblin con su filosa espada.
Zidane se había salvado.
El paladín, un joven maestro de las armas, de pelo medio castaño y rubio con ojos verdes y cuerpo robusto preguntó:
-¿Quién eres?
-Mi nombre es Zidane- respondió- del reino de Antarglont, quien ha asesinado a mis padres. ¿Y tú quien eres?
-Soy William. Te he estado observando, y veo que dominas a la perfección la hechicería básica. Mi hermano vivía en ese reino, y al igual que tus padres fue asesinado; busco la forma de vencer a Antarglont.
-Igual yo. Pero yo conozco la forma de derrotarlo y hacerlo pagar- dijo Zidane mostrándole el mapa- Hay que encontrar el “Cristal del poder absoluto”.
-Pero tu mapa está incompleto.
-Lo sé, pero si estamos dispuestos a correr los riesgos, un gran sabio nos dará la parte restante.
-¡Amigo, yo te sigo!
Y así ambos siguieron el camino que el mapa indicaba.
Terminaron de cruzar el bosque, y se encontraron con un gran obstáculo que les impedía avanzar: un inmenso río.
Se detuvieron allí para descansar, ya que ambos estaban exhaustos por la travesía, aprovecharon para pensar la forma de cruzar el río.

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En el Reino de la Maldad, Antarglont se había dado cuenta de que 4 de sus criaturas habían muerto, y que Zidane buscaba el Legendario Cristal. Antarglont sabía lo que eso significaba y el riesgo que corría si lograba llegar al Cristal. De inmediato emprendió el viaje hacia el Cristal, pero el tomó otro camino, con sus fieles sirvientes.
Sus aliados eran: Warnagh, el Orco; Urkuk el Saruman, y Varghok, su fiel escudero.

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Al día siguiente, Zidane y William se encontraron con un señor, de ojos y cabello negro, y un poco delgado; el cual les dijo que podían construir una balsa, para poder cruzar el río, y que él conocía el lugar donde encontrarían madera suficiente.
- Soy Legunam,- dijo el señor- un humilde mago blanco, que está en contra de un aliado de Antarglont, Urkuk. Mi familia me ha dicho, que uno de mis ancestros, había tenido una lucha con un ancestro del saruman. Luego de esa lucha, no se supo de quien había sido la victoria y era mi deber derrotar a Urkuk, para poder saberlo y entregar a mi familia la noticia.
-Entonces acompáñanos.- Dijo el paladín- Ya que con tu ayuda y la del Cristal, podremos triunfar sobre Antarglont y sus secuaces.
-¿De qué Cristal hablas?
-Del Cristal del poder absoluto- le respondió Zidane- él nos proporcionará la ayuda necesaria para vencer a Antarglont. Piénsalo, si nos sigues, yo llevaré la paz y la armonía a mi reino, William podrá vengar la muerte de su hermano, y tú podrás salir vencedor contra Urkuk.
- De acuerdo, los seguiré y trataré de serles útil.
Al cruzar el río, el bosque ya había llegado a su fin, y se encontraron con un campo desierto, que mostraba rastros de una gran batalla.
Los héroes, sedientos de tanto caminar, vieron un enorme oasis en el desierto.
William y Zidane no lo dudaron más, de inmediato fueron corriendo hacia la zona fértil. Lo que ellos no sabían, era que ese oasis era el hogar de unas monstruosas criaturas llamadas Orcos, con cabeza deforme y sin pelo, de troncos desproporcionados con el resto del cuerpo, y cuyas armas y armaduras llevaban bien pulidas. Se escondieron. Cuando William llegó, se lanzó al agua; al escuchar el sonido del chapoteo, los orcos, hambrientos de carne humana, salieron.
Zidane ya había ganado muchísima experiencia en su primera batalla, y pensaba tomar esto como una práctica; William de inmediato blandió su espada, y Legunam corrió a lado de Zidane para defenderlo.
Zidane y Legunam comenzaron la ofensiva lanzando una roca enorme cada uno y haciendo que ambas se choquen aplastando a unos cuantos orcos. William, fue eliminando con su arma varias criaturas, pero algunas de éstas le respondieron golpeándolo y causándole grandes heridas.
Cuando solo quedaban muy pocos orcos, uno de ellos, con su afilada lanza desde atrás, le ocasionó una herida mortal a Zidane, mientras él salvaba a William de un ataque que podría llegar a matarlo.
-¡Aghhhhhhhhhhh!- Gritó el joven, al sentir que una lanza lo había traspasado.
-¡Noooooooo!- Gritó su amigo, el paladín.
Con furia acumulada, William exterminó a los orcos restantes.
-No te preocupes.- Le dijo Legunam a William- Zidane estará bien. Creo que no me conoces muy bien, como Mago Blanco tengo la habilidad de revivir a una persona cada 50 años, y creo que esta es la ocasión para utilizar ese conjuro, pues no podremos avanzar sin él.
Legunam, se acercó al cuerpo del muchacho. Colocó su mano sobre su pecho, y de pronto comenzó a notarse un resplandor celeste por la herida de Zidane.
El cuerpo del joven empezaba a tomar color nuevamente, hasta que Zidane abrió sus ojos y se puso de pie.
-Estoy… vivo.- dijo mirándose la herida que le había ocasionado el arma.

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Antarglont, con su pelo negro y sus ojos llenos de maldad y preocupación porque el joven pudiera llegar hasta el Cristal primero que él, siguió su camino junto con sus aliados destrozando todo lo que veía a su paso.
Varghok le comunicó:
-Mi señor, ha sido asesinada una familia de orcos.
- Eso significa que debemos apurarnos, ¿qué sabes del joven?- preguntó el Rey de la Maldad.
- Sé que anda con dos personas, un Paladín y un Mago Blanco. Éste último ha podido revivir al muchacho una vez gracias a su poderosa magia.
- Me gustaría saber su nombre- dijo Urkuk.
- Su nombre es Legunam.
-Mmm… veo que el rival de mi ancestro ha tenido un descendiente. Bueno, no será problema encargarme de él.
Siguieron el camino por un pantano, matando cada ser vivo que encontraban a su paso.

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Al día siguiente, Zidane, William y Legunam, que ya habían cruzado el desierto, siguieron su camino.
-Dentro de poco encontraremos al sabio- dijo Zidane, al ver que quedaba muy poco camino a seguir en su mapa.
Continuaron por una colina.
A mediados de ella, se encontraron con un problema: un enorme dragón dormido les impedía seguir su camino.
-Creo que este ha de ser el último riesgo que debemos correr y luego encontraremos al sabio- Dijo Legunam.
Entonces el dragón abrió los ojos y se paró mirando furiosamente a los héroes. Sus escamas eran de color rojo, aunque su cuello y su cola semejaban a un violeta, y sus ojos, verdes.
Comenzó a escupir fuego, pero todos esquivaron el ataque. Legunam y Zidane, unieron sus fuerzas para poder levitar a William, quien voló hasta la cabeza del monstruo y clavó su espada en él. El dragón dio un grito de dolor, aún no había sido derrotado, se sacudió he hizo volar al paladín, cayendo éste contra el suelo.
Entonces, apareció detrás de los magos, un señor alto, con apariencia ancestral, con cabello y barba blanca, ojos azules y un báculo que tenía la forma de la cabeza del dragón en el final.
Éste era el sabio del que hablaba la nota, dominaba los poderes de la naturaleza, los cuatro elementos, y tenía un amplio conocimiento.
Utilizó su báculo para invocar al espíritu “Terra” y poder convertir al dragón de roca, luego tomó la espada del paladín y la hizo de hielo. Lanzó ésta a Zidane, quien la tomó y la lanzó al dragón cortándolo en dos.
-Veo que la profecía era cierta…- dijo el anciano en voz baja- un gran muchacho, con el valor suficiente como para derrotar a las fuerzas de la oscuridad aparecerá acompañado por un experto en el uso de las armas, y otro en el uso de la magia, quienes le ayudarán en sus dificultades.
-Gracias- le dijo Zidane, mientras que Legunam curaba las heridas que William obtuvo al caer del dragón.- Supongo que tú serás el sabio.
- Correcto muchacho, mi nombre es Demian he visto el valor que tienen y creo saber que es lo que buscan.
-Buscamos el trozo faltante de éste mapa- dijo enseñándole el mapa.
-Ohhh… es el mapa del “Cristal del poder absoluto”, yo tengo la otra pieza. Según las profecías, tú salvaras a un reino de la maldad.- le dijo entregándole la pieza faltante.
Al unir ambas piezas, el mapa.
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Antarglont seguía su camino.
-Ya falta poco, señor- dijo Varghok.
Ellos se acercaban a una enorme montaña, en la cual estaba escondido el Cristal.
-Solo espero que ese muchacho no haya llegado aún,- dijo Warnagh- o sino no tendremos que decir adiós a nuestras vidas y a gobernar el reino.

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Demian, les ofreció comida y bebida a los aventureros, y al día siguiente, siguieron el viaje.
-Yo iré con ustedes- dijo el sabio- necesitarán ayuda para vencer las fuerzas oscuras, y dudo que Antarglont esté solo.
-De acuerdo- dijeron.
Luego de muchas horas de caminar, el mapa los llevó a una enorme montaña, que parecía congelada, porque la mayor parte estaba cubierta de hielo.
-¡Hemos encontrado el Cristal!- dijo William.
Los héroes escalaron hasta la cima, pero se encontraron con una inesperada sorpresa: Antarglont, Warnagh, Urkuk y Varghok.
-Esperaba verte pronto joven muchacho- dijo Antarglont.
-¡Tú!- dijo Legunam al ver a la izquierda del Rey del Mal a un Saruman con cabeza de dragón y cuerpo de humano: Urkuk.- Tendré que luchar contra ti para poder honrar a mi ancestro.
-Tú vienes conmigo- dijo Warnagh al ver al paladín.
Se armó una batalla como ninguna otra. Las fuerzas de la luz se enfrentaron cara a cara contra las fuerzas malignas de la oscuridad.
Demian se enfrentó contra Varghok. Éste último comenzó el primer ataque lanzando un potente rayo, pero Demian usó su poder de transformación para convertirse en viento y así esquivó su ataque.
Urkuk comenzó atacando a Legunam, tratando de hacerlo volar de la montaña, pero Legunam usó este ataque para flotar y contraatacar.
Entre William y Warnagh, se produjo una batalla con espadas. Ambos corrieron y chocaron sus armas entre sí.
Antarglont y Zidane corrieron hacia el Cristal que se encontraba flotando sobre un pedestal. Zidane tiró una inmensa roca (por medio de la levitación) a Antarglont para impedirle llegar hasta el Cristal, pero a la vez, Antarglont pudo inmovilizar a Zidane.
Demian contraatacó, logrando que todo el hielo que había cerca formara una inmensa roca llena de púas y la arrojó hacia Varghok. Éste cayó de la montaña, pero en el aire logró lanzar un conjuro hacia el cielo, que provocó que cayera un rayo sobre Demian, dejándolo inconsciente.
Legunam, desde el aire, despidió un rayo resplandeciente hacia Urkuk, quien logró esquivarlo. Él golpeó a Legunam haciendo que volara y cayera de la montaña.
Urkuk, creyó haber arrojado de la montaña a Legunam, también cayó, ya que el rayo que había lanzado Legunam produjo una rotura en el suelo. Como el Saruman estaba entre el borde y la rotura del suelo, el peso de éste hizo que se despedazara un fragmento de la montaña y cayera al precipicio.
Legunam se pudo salvar, ya que cuando estaba cayendo, se prendió de una piedra, y entró en una cueva dentro de la montaña, pero ya no le quedaban fuerzas para volver a la batalla, y por las heridas causadas, murió lentamente.
William, hechó al piso a su rival, y cuando estaba por atravesarlo con su espada, Warnagh levantó la suya. Esto hizo que la espada del paladín asesinara al Orco, y la otra traspasara el pecho de William.
Solo quedaban Antarglont y Zidane.
Zidane al ver a sus amigos fallecer, luchó con todas sus fuerzas. Tomó el báculo del Sabio y la espada del Paladín. Primero trató de inmovilizar al Rey de Mal, y para asegurarse de que no contraataque arrojó la espada del paladín, pero aún así, logró esquivar ambos ataques.
Zidane vio que Antarglont estaba a solo unos pasos del Cristal. Entonces, recordó que el báculo le proporcionaba el poder de las fuerzas de la naturaleza, e invocó el viento para atraer el cristal hacia sí.
-El Cristal será mío- dijo Antarglont.
Pero el Cristal había llegado a las manos de Zidane.
El joven muchacho no lo pensó dos veces. De inmediato usó el poder del cristal para lanzar un rayo mortal sobre Antarglont, como el que él había lanzado cuando su madre murió.
Antarglont murió.
De pronto, el Cristal comenzó a brillar. Hizo que sobre Zidane se mantuvieran sostenidos en el aire los cuerpos de Legunam, Demian y William. Un resplandor celeste y blanco los rodeó a los 3, y cada vez se expandía más.
Después, dejó a los cuerpos en el suelo de la montaña.
Todos abrieron los ojos al mismo tiempo, y vieron a Zidane con el cristal en la mano.
-Lo lograste, muchacho- Dijo William.
-Bien hecho- dijeron al mismo tiempo Legunam y Demian.
Luego, volvieron al reino.
Zidane, volvió al reino, trayendo la armonía y la paz, fue convertido por el pueblo en el Rey. Con la ayuda del Cristal, el nuevo rey, pudo revivir a sus padres.
Demian, el sabio, fue seleccionado como el consejero del rey, para que lo ayudase en momentos en que tenga que tomar decisiones difíciles; y se quedó a vivir en el palacio.
Para William hubo una gran sorpresa: su hermano había vuelto a vivir. Ambos se quedaron en el reino y fueron Guardias Reales.
A Legunam se le ofreció un gran puesto en la Maestría de Magia. Pero él decidió volver con su familia a llevar la noticia de la batalla. Zidane le dijo que las puertas del reino siempre estarían abiertas para él.
Y así, el Reino, fue uno de los mejores, al igual que su soberano, quien reinó con sabiduría y justicia.


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Torrent Leandro
Producción original de Leandro Torrent