Con total desprecio le arrojó a la cara el contenido de su copa, él se había acercado a pedirle fuego sin ninguna otra intención, en absoluto había tenido la idea de acercarse a ella para ligar, sencillamente era la única persona que estaba cerca fumando. Se dirigió al baño a secarse la cara mientras oía a sus espaldas las risas de ella y sus amigas, estaban llamándolo "payaso patético", "ligón ridículo", "capullo integral" y otras lindezas por el estilo.
Cuando regresó tuvo que pasar delante del grupo de nuevo, y de nuevo vió aquella mirada de desprecio en los ojos de ella. Entró en la pista de baile e intentó olvidar el incidente pero parecía que ellas no estaban dispuestas pues lo rodearon y siguieron burlándose de él. Cansado de aguantarlas volvió a la barra a beber una copa y en ello estaba cuando las vió salir.
Consideró que ya era muy tarde y salió de local camino a casa, hacía buena noche y no le apeteció tomar un taxi así que anduvo tranquilo por la calle sin pensar en nada, sólo disfrutar del paseo. Estaba caminando por el muelle y de repente oyó un derrapaje seguido de un gran golpe, se dió la vuelta para observar que había sucedido, vió una farola caída y al lado de ella un coche colgando sobre el mar por las ruedas traseras. Se acercó corriendo para socorrer al accidentado y allí estaban esos ojos mirándole a través del parabrisas trasero, el desprecio había desaparecido de ellos para dar paso a suplicar auxilio, mirada que se tornó en terror cuando lo vió apoyar el pie en el maletero.
Esta vez el desprecio brilló en los ojos de él.