Mezclando lo posible con lo imposible
Resultado… yo.
Con alguna persona posible que es imposible
Resultado… nada.
Porque si no puedo encontrar algo que satisfaga lo inmortal de la fragilidad hecha hielo...
¿Para qué mezclar lo imposible con lo que ya no existe? Simplemente es nada… invisible… NA-DA.
Para qué perder el tiempo, relajación total, en un cerrar de ojos infinito.
Para qué, por qué, para qué… una y otra vez.
Mi garganta no grita como antes, porque no me dejaron afinarla en el oleaje.
¿Por qué simplemente no bajas y me dices una palabra?
Mezclando lo imposible con lo posible.
Si lo imposible no existe y lo posible si existe, la existencia es posible, pero lo imposible es tristeza. Porque no es nada. Y nada es nada y no quiero quedarme aquí pensando en cosas que no se mezclan porque no están, no interesan.

(Porque…, me responde un águila negra, es vuelo…
Tus alas fueron cortadas por tu propia sangre afilada entre tus huesos, y ahora te quejas de las rejas que te cubren de mal.).

Y sale el sol. El infierno huye, el águila ya no habla.