Capitulo 2 La Guerra sagrada

El mundo que era perfecto y sus habitantes los espíritus que eran pacíficos nunca hubiesen esperado el terror que habría de consumir casi todo lo existente. Sucedió que la luz y la oscuridad comenzaron a interactuar con los espíritus, intercambiando y complementado sus propias esencias, el resultado de esto produjo lo que se conoce como el despertar de la maldad, es decir, el momento en que los espíritus perdieron la perfección, y las luchas entre ellos comenzaron; envidia, odio, venganza, sentimientos que antes eran desconocidos ahora reinaban en los corazones de todos. Pero eso no fue todo, también una nueva entidad tomo conciencia; el Señor de la muerte, producto de la esencia combinada de espíritus, luz y oscuridad. Muerte es un ser hambriento de almas (las almas son la vida creada por fuego), las cuales habitan solo en los cuerpos de los espíritus, con la aparición de Muerte todo cambió en el mundo ya que los espíritus que luchaban entre sí, se dieron cuenta de que ahora podían morir y desde entonces temieron al Señor de la muerte.

Los cuatro Señores observaron impotentes como sus creaciones más perfectas habían cambiado, los espíritus comenzaron a adorar al Señor de la muerte y crearon el culto a la muerte donde se hacían sacrificios en su honor. Fuego era el más molesto de los Señores al ver como sus criaturas se quitaban la vida los unos a los otros sin la menor compasión y tomo una decisión, si a los espíritus no les importaba la vida, entonces el se las arrebataría a todos de una vez y para siempre. Pero los otros señores no apoyaron a Fuego, ellos no permitirían que tan maravillosos seres desaparecieran del mundo y le advirtieron que incluso se unirían en su contra a menos que cambiara de opinión, por supuesto, Fuego mantuvo su postura y se desencadeno en el mundo la más terrible de las guerras.

El poder del Señor del Fuego se dejo sentir en las tres grandes ciudades habitadas por los espíritus, en Aqua la temperatura de toda el agua se elevo tanto que todos tuvieron que abandonarla y refugiarse en las islas que existen sobre el mar, fueron muy pocos los que lograron escapar y la ciudad quedo totalmente en ruinas. En Terrans un enorme volcán apareció en medio de la ciudad y su lava la cubrió por completo, todos en ella murieron en tan solo un día. Los únicos sobrevivientes fueron un grupo de espíritus que habían sido exiliados de la ciudad por no realizar el culto a la muerte. Finalmente en celeste una terrible lluvia de fuego destruyó las casas y templos matando a la mayoría, pero algunos lograron escapar por los puentes colgantes que unían la ciudad flotante con las cimas de las montañas cercanas. El fin del mundo había llegado de la mano del Señor del Fuego, pero Agua, Tierra y Viento no le permitirían continuar con la destrucción.

Los tres Señores sabían que era imposible para ellos destruir a Fuego así que tomaron la decisión de detenerlo, sin embargo, contener su gran poder resultaría muy difícil. Debido a esto el Señor de la tierra pensó que la única manera de someter a Fuego sería encerrándolo en su interior en lo más profundo de la tierra, pero hacer esto modificaría para siempre el mundo, además Tierra debería enfocar todas sus fuerzas en mantener prisionero a Fuego y entonces ya no podría mantener el control sobre su propio elemento y esto era demasiado peligroso ya que la luz y la oscuridad podrían aprovechar para intentar consumir el mundo. Tras pensar en esas situaciones los Señores decidieron que había llegado la hora del nacimiento de un nuevo Dios.

En el desierto, más allá de las ruinas de la ciudad de Terrans, los desterrados construyeron un pequeña aldea llamada Oasis; muy cerca de un pequeño estanque que les proveía del agua tan escasa por esos lugares. Uno de los espíritus de Oasis se encontraba sacando agua del estanque cuando de pronto se vio envuelto por una tormenta de arena; sorprendido y asustado, el espíritu intento protegerse pero no había donde refugiarse. Pero en un momento la tormenta se detuvo tan repentinamente como había empezado, entonces el espíritu vio a su alrededor sin reconocer el lugar donde se encontraba; intento encontrar el estanque pero le fue imposible, tampoco pudo ubicar su pueblo, se encontraba en un lugar que nunca antes había visto.

Durante varias horas el espíritu caminó pero sin lograr llegar a ningún lugar. De repente, frente a él, vio aparecer de la nada a un enorme elefante, incrédulo ante esta visión el espíritu intento huir pero estaba paralizado; sin poder hacer nada, vio como el elefante se le acercó y para su srpresa el enorme animal comenzó a hablar.

Un gran elefante de largos colmillos era la forma que el Señor de la tierra había adoptado para presentarse ante el elegido, el espíritu que habría de elevarse al estatus de Dios. Tierra le explicó la situación y lo que pasaría con Fuego; al escuchar todo esto el espíritu aún confundido no entendía que podía hacer, de que forma él podría cambiar el destino del mundo, fue entonces cuando Tierra reveló el plan de los Señores. El espíritu había sido elegido por ser el primero en rehusarse a celebrar el culto a la muerte y siempre fue fiel al Señor de la tierra, ahora recibiría poder casi tan grande como el de los Señores, poder sobre el elemento tierra principalmente, pero también sobre el agua y el viento aunque en menor medida. Para el espíritu el escuchar esto fue impresionante y se postro ante Tierra y aceptó ser el instrumento de los Señores para la salvación del mundo. Sin decir nada más, el elefante resplandeció y el espíritu perdió su cuerpo físico, entonces su alma cambió para transformarse en un Dios, su nombre desde ese día es Naturaleza.

Todo estaba listo para la confrontación y los cuatro Señores se reunieron nuevamente. Fuego advirtió que el momento había llegado y que los espíritus sobrevivientes desaparecerían, pero los otros Señores actuaron de inmediato, usando sus poderes agua y viento atraparon al elemento fuego, mientras tanto una enorme grieta se abrió en la tierra y el fuego fue conducido a su interior; Una vez dentro, la grieta sé cerro atrapando a Fuego y a la mayor parte de su elemento, sin embargo, como lo esperaban su gran poder era casi incontenible: volcanes, grietas y montañas se formaron en la tierra, fuertes terremotos sacudieron el mundo, pero haciendo uso de todos sus poderes y con ayuda de los otros Señores, Tierra logró mantener prisionero a Fuego; la batalla había terminado y los espíritus continuaban con vida, pero su destino aún era incierto.