Inicio / Cuenteros Locales / AnaCecilia / Vuelvo a ti mi niño...
Me convertí en el tiempo y el espacio que nadaba al borde de tus sueños, para llevarlos a la realidad...
Desperté atrapada en un suspiro de tus brazos enredados con mi piel, abriendo al mundo que rodaba en el sabor de nuestros días, silencioso, latiendo entre mis labios que no cesaban de mimarte. Y la vida se alejó del todo y de la nada para solo detenerse aquí en nuestros rostros desbordantes de felicidad.
Hoy mi niño de rizos y hoyuelos consumó su potencial de hombre para saciar el color de mi destino, para extender la ternura de su piel en el abismo de los cuerpos y la magia perduró como un hechizo cristalizado en las retinas imposible de arrancar, paralelo al impredecible tiempo del ayer. Asistí al encuentro que siempre había deseado y nunca concretado sentada en la vereda del olvido, al sonido de tu boca destejiendo mi deseo en un inmenso espasmo atado al miedo, a la calidez de tu semblante recorriendo la infinitud de mi mirar, al sol y al viento enredados en la cintura de mi alma despertando lo maravilloso. Hoy el tiempo se detuvo nuevamente en los senderos de mi sino para beber en las fuentes de tu eterno devenir. Recojo las luces de tus huellas esparcidas en la habitación, mientras tu silueta aún digita los hilos de mi sexo enardecido, en las sombras se refleja tu sabor hilvanando mis sentidos uniendo los fragmentos que recobran las secuencias y furiosos nos perdemos en las paredes del encanto bajo un sol que ensancha sus fronteras dentro de la casa. Te escucho, espío, deseo y atrapo con las manos del pasado que acechan mi inconciencia, y estoy en ti aún sin estarlo en el recuerdo que se tilda entre los labios saboreando el recorrido de mis pechos como una estela de placer que atraviesa el infinito. Guías el tiempo que lo soslaya todo para inscribirte en mi regazo bajo un mar de eternas tempestades azotando nuestros cuerpos en busca del recuerdo. Estoy en vos, atrapada en los senderos que digitaron el sentir, aquellos días de verano donde las calles gestaron nuestra infancia...
Ana Cecilia.
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Texto agregado el 25-01-2003, y leído por 525
visitantes. (4 votos)
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Lectores Opinan |
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27-01-2003 |
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Te propongo un título: "160 formas de decir lo mismo". Por que claro, esto es una crítica también. SALUDOS. cardenas |
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25-01-2003 |
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Mmmmmmmmmmmmm,sigo deleitándome con lo tuyo.
Aparte de los demás ya comentados,en este abundan las frases,que si las sacáramos una por una,no sabríamos cual es la mejor.Juntamos metáforas,sentimientos,evocaciones,ratos alegres y confusos,despertares y sueños y todo ello a la par,nos lleva a un mundo real,a veces imaginario,que como he dicho en alguna otra ocasión,no saldrías nunca.
Bravíiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo Ana.
Un beso. lorenzomontserrat |
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25-01-2003 |
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Amor Santo, como todo lo tuyo es fragancia entretejida desde el mar de tu erotismo hasta mi mente que es como los acantilados recibiendo las caricias de una voz silenciosa.BESISIMOS gatelgto |
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