No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.

Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.

Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas de orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,

sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.

Soneto XVII
-Pablo Neruda-


No te quiero de la manera en que otros aman,
porque no es lo mismo, no son las mismas leyes:
el tomar tu mano y acercarla lenta contra mi pecho,
el decir te amo y saber por dentro que no es cierto.

Porque no es lo mismo amar y querer; odiar y perder.
Aún entre los secretos que guarda el alma sola,
te quiero porque no te amo todavía,
y no te amo porque no comprendo un beso.

Te quiero en el instante mismo en que te pienso
y te amo en cada momento que imagino y muero,
por las leyes que rigen nuestra naturaleza oculta.

Te quiero y te amo en un tiempo secreto y perfecto:
en el instante en que somos uno y uno,
en el momento en que el sueño y el ser son lo mismo.