Las leyes de la naturaleza ya no son lo que solían ser, pensaba Violeta sentada debajo de un árbol, mientras leía el último informe sobre ciencia del año..
Ahora, todo depende de un grupo de científicos que se reúnen una vez cada año para discutir acerca del universo.
Algunos creen que esto es un caos, otros siguen apostando en grandes sumas a la idea de que Dios no juega a los dados; Los de aquel lado lanzan un grito de conciencia y fe, hay una mano que todo lo guía dicen, los de este lado siguen jurando que esa mano ya se ha aparecido hasta en los estadios de fútbol, mientras que los de más allá no quieren ni siquiera mostrar sus resultados por temor a que estos se hagan obsoletos cada minuto que pasan, ya que como todos sabemos( o según ellos creen que sabemos) el mundo se construye a cada minuto.
Y mientras tanto, y entre cada reunión, cada año seguimos creyendo que las leyes se harán respetar algún día. Por ejemplo, el día de año nuevo, todo el mundo (literalmente) festeja la llegada de un nuevo periodo, cerrando ciclos sin cerrar, y abriendo otros sin abrirlos, aún sabiendo por dentro, que lo único que se puede festejar con certeza, es que la tierra giró una vez más sobre su eje, regresando a su punto inicial, pero con tantos cambios producidos por el hombre, que ahora se ha tenido que abrir una ciencia que estudié el como crear nuevas ciencias para explicar cosas científicas recién inventadas.
De eso se trata el informe concluyó Violeta, mientras volteaba al cielo, esperando que una manzana golpeará su cabeza, lo cual no sucedió, pues este no era un árbol que quisiera pasar a la historia, como aquel que pretendió ser el fundador de esas leyes que por cierto, ya no son lo que solían ser.
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