Si no leí a Rimbaud fue porque estaba ocupado
Matando sapos en el jardín de la concha de tu hermana
Además me hubiera parecido un idiota,
capisco?
Yo soy Ari
Soy la raza anómala
La ranómala, la razolánoma.
Año 1996.
Los desvergonzados ideológicos
Se declaraban oficialmente amigos,
Pero hace tiempo se cambiaron de vereda
Como putos operados en el viejo hospital de Pinochet,
Ahora son la zona roja alrededor del culo,
Y le rinden culto a la virgencita de Itatí.
Yo no sabía nada,
Pero probé con esto,
y ahora lo sé todo.
Mi secta se llamaba Los hijos de Abaddón,
Y en un principio iba en serio
Había cinco o seis pendejas
Que pedían a los gritos ser dopadas
Estaban dispuestas al lavado de cerebro
Y convertirse en esclavas del supremo,
( el supremo era yo )
Pero se nos llenó de rockeros,
Y el asunto se diluyó entre discusiones
De fanáticos de Sabbath y de Ozzy.
Éramos cuatro,
Matavaca, Silento, Pelela y quien les habla
Más una que otra novia inexistente.
No teníamos postura política,
La única postura era inclinarse al espejito,
Y sin embargo opinábamos tanto,
que de haber sido escuchados
Estaríamos proscriptos de por vida.
Mientras tanto en ciudad gótica,
El cybergobierno pretendía algo de nosotros,
Y el resto de la sociedad, claro,
Opinólogos con chapa y demás,
Se lo debíamos.
Nos insertaron microchips para controlarnos
Y nos inculcaron leyes
La doctrina del hombre progresivo
Pero no funcionó,
cuestión de genes camarada,
nos diseñaron para ser números,
actores de Holliwood,
mafiosos, milicos, comediantes,
acróbatas chinos, artistas, futbolistas,
pero nos escondimos debajo de los pupitres
a tramar pasivas rebeldías,
jugar a las figuritas o masturbarnos,
y espiar por la ventana.
Después la cosa se complicó,
Eso fue cuando nos volvimos realmente inservibles,
Cuando se nos ensanchó la nariz.
Decretaron para hoy día de degüello nacional
Las sirenas que anuncian la noche
acarrean consecuencias planeadas de antemano,
Eso es paranoia?
Ángeles encapuchados se pasean
portando cuchillos de guerra
Mientras nosotros fumamos y miramos para arriba
Imaginarias batallas de insectos de colores. |